Vivir en un piso no tiene por qué significar renunciar a placeres como el que otorga un relajante fuego en invierno
Frío, viento, agua… ¿a quién le apetece salir con este tiempo? Quedarse en casa con un tazón de chocolate caliente y un buen libro es un plan más que apetecible para la época del año en la que estamos pero, si además añadimos a la escena una chimenea, la perspectiva de una tarde entera en al calor del hogar se vuelve casi un sueño hecho realidad.
Por suerte, disfrutar del fuego no tiene por qué ser un lujo que puedes permitirte exclusivamente si vives en una casa de campo o en una vivienda unifamiliar. Existen múltiples opciones para poder integrar llamas reales sin humo y con total seguridad también en tu apartamento gracias al bioetanol o bioalcohol, un producto inflamable de alto poder calorífico, que sin embargo es ecológico y no produce humo ni olores tóxicos.
Pueden encontrarse quemadores de bioethanol capaces de almacenar dispares cantidades de combustible, integrados en marcos para colgar, en muebles, o en estructuras de pie que imitan a chimeneas más o menos clásicas. Sólo hay que escoger la forma y el precio que más se ajuste a cada bolsillo.
También existen versiones a doble cara para integrar en la pared, aunque suelen resultar sensiblemente más caras que modelos básicos como los disponibles para colocar en la pared o sobre la mesa.
Eso sí, si nos decidimos a adquirir un producto de este tipo, hay que asegurarse de que cumple todas las normas de seguridad, ya que una versión ‘pirata’ de mala calidad podría provocar algo tan serio como un incendio si se produce una fuga de combustible. Tampoco estaría de más contar en casa con una manta ignífuga y un pequeño extintor, siempre recomendable en cualquier entorno en el que haya fuego y, sobre todo, teniendo en cuenta que al ser el bioalcohol es un combustible a base de etanol jamás se deberá intentar extinguir con agua.
Una opción alternativa para quienes no buscan un fuego real pero sí el efecto estético que producen las llamas son las chimeneas eléctricas. Estos aparatos han evolucionado mucho en los últimos tiempos y consiguen efectos muy realistas, además de presentar diseños cada vez más atractivos. Al no tener llamas de verdad son más seguras y su precio es más económico que el de las chimeneas de bioetanol pero, por contra, necesitarás disponer de un enchufe donde quieras instalarla y no podrás sentir el calorcito típico del fuego por más cerca que te sientes.
Por último, para quienes buscan sólo el impacto visual que produce la chimenea en la decoración pero no el fuego en sí, una muy buena idea es hacérsela uno mismo con retales de madera u otro material maleable. Un buen ejemplo de falsa chimenea DIY lo encontramos en el famoso blog Apartament Therapy, donde con madera reciclada y unas bonitas velas se consigue una decoración cálida y resultona.