Ocupando los bajos de una antigua oficina, en un punto muy céntrico se ha reorganizado el espacio y reconvertido en este restaurante, con marcada personalidad.
Un proyecto fresco y optimista, con mucha luz natural y color. Con grandes cristaleras, parte de su interior, como la zona de estar-espera, es un reclamo desde el exterior.
El principal elemento, muy llamativo, es el juego de colores en las telas, que dan forma a los techos, combinados con los tapizados del comedor.
Fotos vía: mana75