¡Malditos reproches! | La psicóloga en casa >

Blogs

Belén Casado Mendiluce

La psicóloga en casa

¡Malditos reproches!

Hay personas que son capaces de pedir algo (“¿Puedes devolver mi ropa como te la encontraste, por favor?) y otras que se instalan en el perpetuo reproche.

No me gusta esa actitud de permanentemente tomar cuentas al otro, echar en cara las maneras diferentes de hacer las cosas que todos tenemos. Que si no hagas ruidos cuando comes, que si dejes la tapa del inodoro bajada (¡con lo que nos molesta a las mujeres!), que si friegues nada más terminar de comer…

Empezamos por las manías de la convivencia y terminamos criticando la forma de ser del otro. No se trata de hablar desde la sinceridad y el mutuo adaptarse, negociar y ceder desde el cariño, sino que nos creemos poseedores de no sé qué código de buenas maneras y costumbres y acabamos descalificando a la persona. Todos sabemos desde dónde nos dicen las cosas.

Incluso creo que hay familias enteras donde el denominador común de sus miembros es relacionarse con la espada de Damocles del reproche. ¡Qué agotador! Parece que con esas personas hay que andar “pisando huevos” porque nunca sabes por dónde pueden encontrar algo nuevo que les moleste.

Los reproches, los juicios y las culpabilizaciones suelen ir de la mano. Se tiene la convicción de que se deberían hacer las cosas de una determinada manera y de ahí a enjuiciar y hacer sentirse culpable a la persona que no las hace como nosotros creemos va un paso. Los “deberías y tendrías que” sólo sirven para distanciar a las personas entre sí. Los “prefiero y me gusta” no.

Si algo te molesta sobremanera dilo pero que tu actitud no sea la de estar pendiente de todo lo que el otro hace porque desde la hipervigilancia se encuentran siempre múltiples defectos, de ahí que contentar a estas personas sea tarea poco menos que imposible.

Si a pesar de que, hablando desde la tranquilidad y ausencia de reproche se sigue produciendo lo que te molesta, es señal de que al otro le resulta muy difícil cambiar y entonces debes sopesar si te compensa batallar contra ello – tarea cansina donde las haya- o canalizar tu energía hacia algo más positivo.

No entres en el juego inútil de pagarle con la misma moneda porque al que no cuida mucho las formas de cara a los demás tampoco cuidará las suyas propias, a las que no concede importancia. Estamos en frecuencia de onda diferentes.

Valora cómo lo que te molesta repercute directamente en vuestra relación y en el cariño que os tenéis para así conceder la justa importancia…a lo que no lo tiene.

Caminamos…Belén Casado Mendiluze

belencasado@terra.es

Temas

Sobre el autor

Soy Licenciada en Psicología y desarrollo mi trabajo en una consulta privada. Mi vocación desde joven ha sido la psicología, y a través de ella he buscado comprender a los demás y a mí misma. Desde ese trabajo interior, intento que lo que transmito sea un reflejo de aquello en lo que creo y que me sirve a mi. Me siento siempre en búsqueda, abierta a aprender de todo aquello que me haga crecer como persona. Y creo que lo que se vive como vocación no es sólo patrimonio mío sino que puede servir a los demás.


abril 2012
MTWTFSS
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30