Habitualmente las verdades oficiales y la cruda realidad circulan en paralelo y raramente consiguen cruzar sus caminos. Sabemos desde esta Taberna que lo que a continuación se dice es políticamente incorrecto y que a más de uno sorprenderá. Nunca este pequeño foro de opinión libre, acertado o equivocado, se ha caracterizado por su intento de remar a favor de corriente, más bien al contrario. Es por ello que a nadie debería de extrañar nuestro deseo de que Madrid no sea elegida sede de unos Juegos Olímpicos y poner fin, de una vez por todas, a este fiasco y enorme sensación de ridículo internacional. La capital española no se merece este escarnio, ni sus habitantes la terrible sensación de ser una ciudad de segunda división después de dos fracasos consecutivos. El atractivo de esta gran ciudad para el turista extranjero ha caído en el último año un 11%. Madrid, lamentablemente, ha dejado de aparecer en los calendarios de las grandes ferias y exposiciones, conciertos de masas y eventos deportivos de primer orden. Madrid pinta cada vez menos entre las grandes ciudades europeas. Es un hecho.
¿Por qué Madrid no debería haber entrado en esta tercera batalla? Por desgracia, este país sufre desde hace siete largos e interminables años una profunda crisis económica que se ha cebado, especialmente, en el empleo y el llamado ‘Estado del Bienestar’ tras la explosión nuclear de la incontrolada burbuja inmobiliaria. No hay dinero ni para las tracas de las fiestas patronales. Al clima de depresión económica ha de unirse la desafección hacia una clase política cada día más desprestigiada y a la que se percibe cada día más encerrada en su endogámica urna de cristal. El ciudadano medio está angustiado por no tener trabajo, perspectivas de lograr empleo a medio plazo y, aquellos privilegiados, sí, privilegiados, que aún no están inscritos en las listas del paro, su inquietud es cómo conservarlo. Unos Juegos Olímpicos suenan como una nota extraña en medio de los barómetros del CSIC, en los que paro, situación económica, corrupción y pesimismo, marcan las respuestas de las encuestas.
¿Madrid está preparada para albergar unos Juegos? Nos tememos que no. Según los números del Ministerio de Hacienda, la ciudad de Madrid debe cerca de 7.500 millones de euros consecuencia, fundamentalmente, de las obras de soterramiento de la autovía de circunvalación M-30 ¿Tiene capacidad financiera y recursos económicos Madrid para afrontar la organización de un evento como los Juegos? La respuesta a esta pregunta puede que esté los casos precedentes, como por ejemplo los 11.500 millones de euros que costaron finalmente los Juegos de Londres, con un presupuesto inicial que no superaba los 5.000; los casi 11.000 millones que tienen que pagar los atenienses, doblando lo inicialmente presupuestado (a nadie se le escapa la crítica situación de Grecia, al borde de un tercer rescate); o los 30.000 millones de euros de resultado final de Pekín 2008, casi el triple de las cifras iniciales. Por muchos beneficios que pudiera atraer la organización de un evento deportivo global como este, cualquier economista avanzaría que en la actual situación financiera de la capital, es del todo imposible poner en marcha un proyecto olímpico. Además, el ciudadano madrileño hace tiempo que percibe el deterioro de aquellos servicios que dependen de su Ayuntamiento, consecuencia del recorte drástico presupuestario, por lo que se pregunta, con razón, de dónde saldría todo el dinero necesario para unos Juegos y a costa de qué ¿Más impuestos, menos servicios básicos?
¿Hay unanimidad en el apoyo popular hacia la candidatura madrileña? Todo el entusiasmo generado en los dos intentos anteriores se ha visto considerablemente reducido a la mínima expresión en este tercer asalto. Al contrario de lo sucedido con Barcelona el siglo pasado, en Madrid, clase política, ciudadanos, administraciones locales, regionales y estatal no coinciden ni entusiasmo ni la misma implicación. Ni siquiera el mayor impulsor del sueño olímpico madrileño, Alberto Ruíz Gallardón, que ha resuelto su apoyo a la candidatura con una carta publicada este pasado sábado. Ni una palabra más desde que forma parte del Consejo de Ministros. No, señores, no. Madrid no tiene, a día de hoy, infraestructura, capacidad económica y respaldo popular y geográfico suficientes como para afrontar este grandioso reto. Madrid ha perdido hace tiempo el tren de los grandes acontecimientos deportivos (salvo el último Mundial de balonmano de enero y con unas dificultades enormes, la capital española es un páramo organizativo), por mucho que presumamos en Buenos Aires de grandes deportistas para vestir la candidatura. Ojalá nos equivoquemos, pero sería terrible para esta gran ciudad y sus maravillosas gentes una tercera negativa del COI.