No aprendemos y el fútbol español sigue empeñado en dar la nota y hacer el mayor de los ridículos con el asunto de la violencia en los estadios. Todos sabían lo que sucedía en los fondos violentos de nuestros campos, la connivencia de los clubes, las miradas a otro lado de las autoridades y la permisividad, cuando no cierta simpatía del resto de la grada. Una quedada, un muerto, directos de las teles desde el lugar de los hechos, alarma social, muchos ‘se veía venir’, gabinetes de crisis, medidas drásticas de choque, sin siquiera saber si son aplicables o legales, lavado generalizado de conciencias y a practicar uno de las pasiones nacionales: legislar a golpe de tragedia. Sin embargo, la paranoia ha ido en esta ocasión más lejos. De lo que ahora se trata es, como si de adolescentes hormonados se tratase, determinar quién mea más lejos, quién es el Superman de la lucha contra la violencia.
No satisfechos con echar a patadas a los ultras de los estadios, la nueva cruzada para la pureza de nuestro fútbol va también contra los faltones que insultan en las gradas. Se acabó de acordarse de la madre del árbitro que crees ha escamoteado un penalti al equipo de tus amores, fuera los violentos verbales que llaman cosas muy feas a los Messi, Cristiano, Michel y compañía partido tras partido; a la calle los salvajes de palabra que se meten con las ciudad del equipo visitante. Sanciones ejemplares para los clubes que cuenten entre sus fieles seguidores a estos bestias del vocabulario, incultos y salvajes maltratadores del diccionario.
No se trata de defender desde este foro a quienes insultan o faltan el respeto a los rivales. La prensa deportiva es la menos indicada para dar lecciones de buen comportamiento y urbanidad. El insulto es también una forma de violencia, como bien ha dicho Ancelotti. Créannos que el fútbol es igual de divertido sin mentar a la madre de nadie. Se trata de no actuar como marcianos, provocando el efecto contrario al deseado y ser el cachondeo nacional. Basta con echar una mirada a Twitter para descubrir que #CánticosCorrectos es tendencia y que el personal se ha tomado con bastante cachondeo las ‘ocurrencias’ de los Tebas y similares que mal gobiernan nuestro fútbol.