Ya hemos hablado aquí en este foro del sorprendente descubrimiento de los brillantes cerebros de la FIFA de que en el golfo (el Pérsico), en verano hace un calor de narices. Lo malo es que se percataron de este pequeño problema justo después de adjudicar a Qatar el Mundial de 2022. No hay problema. Como no podemos cambiar el clima (debe de ser lo único todavía fuera del alcance de los petrodólares), pues cambiamos las fechas del torneo y colocamos el Mundial en diciembre. Oiga, que el Mundial de toda la vida de Dios se ha disputado a principios de verano, cuando terminar las ligas más importantes. Tampoco pasa nada por jugar en invierno, ¿no?, piensa Blatter, y no se me quejen tanto que en Qatar en diciembre hace un tiempo de escándalo.
En FIFA tienen la desagradable sensación de ser unos incomprendidos. No entienden tanta protesta con lo complicado que ha sido convencer a los del aire acondicionado en los estadios de que mejor a fin de año, que en verano se nos achicharran los futbolistas. No se enteran todavía de lo que ha costado encontrar fechas alternativas. En mayo, imposible. Se celebra el Ramadán. La primera en la frente. Pues un poco antes. Tampoco. En febrero, nada. Se celebran los Juegos Olímpicos de Invierno. No nos consta que Qatar se haya ofrecido también a organizar también las pruebas de saltos o de esquí de fondo en el desierto, pero denles tiempo, que seguro que se les ocurre. También en agosto, claro. Pues poco margen quedaba: o en invierno o en invierno. Pues en diciembre.
El año 2022 va a estar entretenido. La Liga española comenzará a finales de agosto. Se tendrá que comprimir el calendario al máximo para que quepa la Copa del Rey y la Champions. Y si no entra, la entramos, que diría aquel, aunque sea a martillazos. En noviembre, parada técnica para que se concentren las selecciones y después el Mundial. Un mes de torneo para recuperar la ¿normalidad? con el año nuevo y con unos jugadores que ya están fundidos en la mitad de la temporada tras haberles roto el ritmo de competición y sobrecargado previamente de partidos. De locos. Pero no se preocupen que no hay ningún problema. Si los que decidieron que Qatar era la mejor opción para organizar un Mundial han sobrevivido a la sospecha de sobornos generalizados, el cambio de fechas para ellos es pecata minuta.