Se nos está escapando el verano de las manos y todavía no hemos conseguido desvelar los dos grandes misterios de estos tórridos días, a pesar de las numerosas semanas decisivas de David De Gea y Sergio Ramos, con portadas que se parecían sospechosamente a promociones de rebajas en unos grandes almacenes que al enésimo capítulo de un culebrón deportivo. Ha sido enorme la tentación de escribir una carta al director para sugerir que regalasen una mantelería, a elegir entre el rojo del Manchester y el blanco del Madrid y así recompensar la paciencia infinita del sufrido lector. Hasta los sufridos y abnegados becarios, sin los cuales no habría vida inteligente en las casi vacías redacciones de este país, deben de estar también hasta las mismísimas narices de estos dos temas que han decidido conceder-se-nos una tregua y hablar de otros asuntos como el recurrente estado -perfecto- de forma de Cristiano Ronaldo y el cabreo de Del Bosque, al que tienen muy enfadado porque nadie se acuerda de su selección mientras se pelean por el calendario. Un sin vivir.
No somos muy amigos de apostar, que ya se sabe que en fútbol la palabra dada cotiza cada día más a la baja y los pactos de caballeros pasaron hace tiempo a mejor vida, pero mucho nos tememos que Ramos seguirá vistiendo de blanco impoluto, que todo quedará en un calentón, ya saben, esa falta de cariño y amor que siempre se arregla con una mejora del contrato, una foto con el presi con la mejor sonrisa profidén del repertorio y pelillos a la mar; y que De Gea seguirá aguantando a Van Gaal, aunque el holandés sea la mayor mosca cojonera con la que el bueno del guardameta del United se haya topado jamás en su vida, aunque sabe que en el fondo le quiere con locura y no pueden vivir el uno sin el otro.
Hasta que llegue el momento, el personal se seguirá entreteniendo con los exabruptos de Piqué, el fuego cruzado entre Villar y Tebas que ha pillado en medio a la selección de Del Bosque que, al paso que vamos, tendrá que disputar los amistosos de preparación el uno de enero, porque no van a quedar más días libres; la antepenúltima bronca de Mou con un empleado del Chelsea y que por aquí nos hace disfrutar como si viviésemos al lado de Stamford Bridge; y lo vaya surgiendo en las próximas dos semanas hasta el inicio del campeonato. No tenemos ya ganas de que empiece la Liga…