Vísperas de la gran final de la Euroliga de baloncesto entre Real Madrid y Olimpiakos. Un periodista con toda su mejor o peor intención, vaya usted a saber, preguntaba a Pablo Laso si pensaba que el baloncesto era el rescatador del Madrid tras un año en blanco del fútbol. La respuesta del entrenador de Vitoria fue políticamente correcta, obviamente, y el reportero se quedó con las ganas de un buen titular, una buena ’rajada’ de Laso reivindicando su trabajo, muchas veces ninguneado por el club, maltratado por una directiva que le hizo pasar un verano, el último, de infierno, despidiendo a sus ayudantes y dejando al propio entrenador en un limbo extraño. Algún gurú ya había pronosticado la llegada de Djordievic al banquillo madridista y la salida de Laso para ser seleccionador de España. En definitiva, un episodio más del largo desencuentro entre la dirigencia y la sección más laureada del Real Madrid.
La propaganda se encargó de convertir una gran acontecimiento deportivo como es la Final Four en una tabla de salvación a la que agarrarse para salvar un año aciago. Muchos y buenos aficionados al baloncesto del Real Madrid se preguntaban si tan inusitado interés por el baloncesto se hubiese producido si el equipo de fútbol se encontrara a esa hora de la tarde del domingo jugándose el título de liga. Al final, todos contentos: el Madrid volvía a ganar veinte años después la Copa de Europa; el equipo de fútbol ganaba en Barcelona, aunque de nada sirvió el triunfo; y el personal se distraía con estos fuegos artificiales mientras el Barça ganaba la Liga en el Calderón. Del mal, el menos.
A partir de ahora, nos vamos a entretener con filtraciones interesadas, cortinas de humo y especulaciones variadas para pasar cuanto antes página y entretener el personal, que el verano es muy largo. Se queda Ancelotti por descarte, se marcha Ancelotti porque quiere volver a Inglaterra, peor clima, pero más tranquilo que por aquí; que viene De Gea, se marcha Casillas (o le invitan a irse, que también cabe esta opción), y qué hacemos ahora con Keylor Navas (Dios, qué follón con la portería…), ¿se vende la BBC del todo o en trocitos?… Menos mal que llegó Laso y ganó un título. Aunque fuese de baloncesto. Al menos, pasará un verano tranquilo. Justicia poética.