Tres candidatos, un título en juego, dos jornadas por delante y nadie cede en esta carrera de fondo por la Liga. Dos semanas para echar el cierre a una de las ligas más reñidas de los últimos tiempos y que debería invitar, ingenuos que somos, a quien corresponda, meditar qué tiene más interés para el público, si un torneo decidido en marzo o un campeonato vivo hasta la última jornada y con tres equipos luchando hasta el último pitido final.
Hace ya mucho tiempo que en otros deportes, en otros países, en otras ligas, se llegó a la conclusión de que si ganan siempre los mismos, decae el interés por el producto y que lo mejor para aumentar la competitividad era dar mayor igualdad de oportunidades a los equipos. Hace años que el baloncesto profesional americano decidió que los equipos tendrían un límite presupuestario para salarios, que los peores clasificados en una temporada tendrían preferencia para elegir a los mejores jugadores en la siguiente y que las franquicias reciben el mismo dinero por los derechos de televisión, su mayor fuente de ingresos.
Los datos son elocuentes. Si tomamos como referencia el año 2000, mientras que en la NBA han ganado el anillo 5 equipos distintos y han sido subcampeones 8 franquicias diferentes, en la Liga española Real Madrid y FC Barcelona acaparan 12 títulos y 11 segundos puestos. La presencia de Atlético de Madrid o de Valencia, los dos únicos intrusos en estos últimos 16 años, es casi milagrosa, dada la diferencia abismal, tanto económica como deportiva, de estos dos equipos con respecto a Madrid y Barça. La gran pregunta es si queremos parecernos al modelo americano o, por el contrario, mantener nuestro modelo bicolor, aunque de cuando en cuando haya excepciones.