No hay nada como un fin de semana de agosto en el que el fútbol se toma un ligero respiro para que el común del aficionado descubra que existe un universo, otra galaxia, en la que se hacen otras cosas, además de dar patadas a un balón. Muchos se rencontraron con una tal Mireia Belmonte que nada tan rápido, que hasta bate récords del mundo. Otros regresaron a las pistas de tenis para disfrutar del ave fénix de Nadal ganando el Montreal. También quienes se pegaron al televisor durante 9 segundos y 77 centésimas, que es el tiempo que emplea un tipo llamado Usain Bolt para correr cien metros. El resto del Mundial de Moscú, pues ni chicha ni limoná, qué quieren que les diga. Una medalla de bronce para los nuestros, que acumulan más eliminaciones que entradas en las finales y pare usted de contar. Como en los viejos tiempos ¿Desolador panorama para el futbolero? No tanto. Un leve consuelo: el inicio de la Bundesliga, nuestra nueva liga hermana.
Ha sido curiosa la operación de reciclaje que han tenido que hacer algunos para adaptarse a los nuevos tiempos. Porque no existe un curso acelerado de CCC de experto de la liga alemana, que seguro más de uno habría llamado al 902 de la publicidad para informarse. Ignoro dónde se realizarían las prácticas preceptivas, pero seguro que algo se les ocurre. Furor por lo alemán que provoca el enfado de la vieja guardia de expertos ante la masiva llegada de advenedizos ignorantes que parecen saberlo todo sobre el Bayern, para los que el BVB y Klopp no tienen secretos o que conocen al dedillo la vida y milagros del Schalke 04. Y todo por la presencia de Pep, unos para ponerle a parir, que ya le tienen ganas; otros para continuar los pasos de su particular gurú, que aquí cada cual tiene sus filias y sus fobias. Aquí el que no corre, vuela.
También ha sido notable la transformación camaleónica de muchos elementos de la cosa del periodismo deportivo, sección Fc. Barcelona, para adaptarse a los nuevos tiempos. Que ya no somos de Tito, que somos del Tata, valga el estúpido juego de palabras, pero que define perfectamente este cambio. También aquí a muchos les pilló su llegada con el pie cambiado y han tenido que empaparse de la historia de Newell’s, la selección de Paraguay y demás pasajes de la vida de Martino. Sesudos debates sobre el falso nueve, el nuevo central y las inevitables comparaciones con el estilo Guardiola, para hacer más digerible el verano blaugrana. Aquí el que no corre, se aburre. Lo siento, señores de CCC, esta Taberna se abstiene de hacer más sugerencias para cursos veraniegos
¿Y del Madrid, qué? Pues que están encantados con Carletto, que el equipo ha vuelto a jugar al fútbol, que ya no hay guerra de guerrillas en el vestuario, que todo es buen rollito, paz y armonía y Casillas, en de vuelta a la portería. La vida vuelve a ser bella, y eso que todavía no se ha conseguido contratar a Bale, a pesar de la operación acoso y derribo, convenientemente jaleada por la tropa de afines, a la que se está sometiendo a los pérfidos ingleses. Y eso que para Florentino Pérez, pagar 100 kilos es una barbaridad, que lo ha dicho, sí, lo ha dicho el presi, pero a un medio extranjero, la ESPN, que la prensa española está vetada ¡Como en los tiempos de Mou! Pero, ¿no habíamos quedado que el malvado portugués era el culpable de todo? Por aquí todavía quedan algunos que necesitan reciclarse…