Llevo tiempo pensando en que el hecho de que una parte de la sociedad esté volviendo a los orígenes en términos de lactancia, además de estar afectando a los hijos de esas madres que amamantan, también está cambiando la percepción social del cuidado, del mimo y de la atención instintiva primaria que necesitan las crías de todos los mamíferos y por lo tanto, de nuestros bebés humanos.
Entre tanto pensamiento yo me pregunto… ¿Cómo ve la sociedad la lactancia? ¿Como un medio o como un fin?
¿La lactancia materna, es un medio para lograr algo o por el contrario, un fin para proteger a nuestro hijo?
Buscando en la RAE; además de quedarme sorprendida con la cantidad de definiciones que existen de la palabra medio, he encontrado estos significados que definirían el léxico de mi pregunta:
medio: Diligencia o acción conveniente para conseguir algo. / Cosa que puede servir para un determinado fin. Medios de transporte, de comunicación.
fin: Objeto o motivo con que se ejecuta algo.
Sentir y ver la lactancia como un medio o como un fin varía mucho de una persona a otra. Cuando sólo vemos la lactancia como una “moda” o como algo que hay que hacer porque es lo que se lleva y porque está demostrado que es saludable y beneficioso para nuestro hijo, estamos consiguiendo nuestro objetivo cuya finalidad es ofrecer lo mejor para nuestro hijo; olvidándonos muchas veces de que el viaje hacia este objetivo es altamente gratificante.
Sin embargo, cuando vemos la lactancia como un medio para conseguir nuestro fin, que sería el de, además de proteger, conocer de una manera más profunda a nuestros hijos, creo que el acto de amamantar multiplica su valor. Intensifica el significado de nuestro camino, que para llegar al final suele estar lleno de obstáculos y satisfacciones que lo hacen maravilloso.
Yo disfruto de la lactancia como un medio para crecer junto a mi hija y poder acompañarle en sus distintos procesos, cerca o lejos de la teta. Sin embargo, la lactancia nos sigue acompañando regalándonos momentos preciosos de amor, ternura, cariño, juego, miradas cómplices y tacto, mucho tacto.
Poder sentir y disfrutar de la evolución de la lactancia y de nuestra relación en torno a mi leche supone para mí un descubrimiento más de la maternidad. Nunca antes de ser madre me habría imaginado que la lactancia, más allá de ser un acto nutritivo, se convertiría en una experiencia única y diferente a cualquier otra que vibre en el plano del amor incondicional. Qué diferente es amamantar a tu hija de días, de meses, gateando, caminando, hablando o pudiendo expresar lo que siente y supone para ella.
Siento cada vez más adentro que la sociedad debería ver la lactancia como un medio de vida. Un medio más para cambiar aspectos profundos de la sociedad. Ojalá se siga normalizando la lactancia, aprendiendo de ella y logrando que madres e hijos tengamos lactancias únicas y personales y sobre todo, saludables.
¡Feliz Día de la lactancia materna!