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Cristina Saraldi

Madre y aprendiz

Mi Malakids, Malasaña, Madrid

Este fin de semana estuve en la feria Malakids en Malasaña. Y para los que no conozcáis qué es, os diré que es una feria / festival de cultura urbana que se celebra en Madrid, en los barrios de Malasaña y Conde Duque (en pleno centro).

Estuve el sábado con la intención de hacer relaciones empresariales. Froggies (mi proyecto) tenía un stand y yo iba a ayudar mientras mi socia madrileña, Leti, hacía su taller de juego en familia para bebés, ése que tanto éxito tiene y hacemos en varios espacios. Ese donde niños hasta 4 años experimentan con sus papás y donde sus ritmos son respetados, escuchándoles y atendiendo sus necesidades.

Pues sí, allá que fui y pude hablar con algunos de los expositores que había en una de las sedes, La sede COAM, donde nosotras estábamos. ¿Y por qué digo una de las sedes? Pues porque había montón de espacios donde disfrutar de diversas actividades: conciertos, saltos en charcos de agua, pintura con tizas y mucho más. Y la ilusa de mí que pensaba que podría ir con mi hija a verlo todo después de relevar a Leti…

Y no, no fue así. Mi hija y mi familia se volvieron a casa porque yo no pude ni estar con ellos. Empezó el jaleo y en nuestro stand de Froggies, donde pintábamos caritas, la cola no cesó. Los pintacaritas es uno de nuestros platos fuertes en Froggies. Os diré que somos partner de la marca Snazaroo, que para mí es la mejor marca calidad-precio de pintacaritas. Es facilísimo y además muy respetuoso con la piel. Un éxito para todos.

Así que estuve toda la jornada disfrutando de los niños, de su autenticidad y de su capacidad creativa. Ballenas arcaicas; lobos o paisajes nevados fueron algunas de las peticiones más originales. Y como reflexión del día me quedo con que cada vez somos más los padres que permitimos a sus hijos ser eso, niños. Hubo pocos que gritaban, echaban la bronca o amenazaban. Y esto antes, en una cola esperando, se veía mucho más. Así que puedo decir por experiencia que veo algo de luz 😉

También pude saludar a montón de personas y amigos que se pasaron por allí. Tuve tiempo hasta de “generar oxitocina” a una buena amiga que ha sido mamá reciente ;). Fue, una vez más, lindo poder encontrar miradas bonitas y sonrisas sinceras a mi alrededor. Antes de todo esto tuve el tiempo para compartir con algunos de los compañeros que exponían en esta sede. Me da pena no haber podido hablar con todos, pero sé que mi socia Leti sí lo hizo.

No podía no empezar por nuestra amiga Zaida, de Liberespacio, una librería infantil y juvenil muy especial. En ella también organizamos actividades desde Froggies y puedes disfrutar tanto de sus libros como de buenas recomendaciones por parte de Zaida, su librera en la luz.

También teníamos enfrente a dos espacios muy lindos:

Por un lado, las chicas de mimuselina, que además de simpáticas, son muy guapas. Es algo que me llamó la atención ;). Sus muselinas son maravillosas y tuvieron el detalle de regalarme una que ponía: mi mamá es una blogger ;). Por la noche, mi hija Cloe encontró una buena forma de usarla, una capa de “superheure” con la que voló y viajó por distintos planetas y mundos. Y por otro lado, estaba Raúl Orejas, creador del cuento La Pelusa Chusa, que aunque no tuve tiempo de leerlo bien, me pareció muy bonito y con unas ilustraciones preciosas. Y si además sumamos que lo escribió con su sobrina, cubre de más amor esta historia de aventuras. Supongo que me lo compraré si me animo a contarlo en alguna de mis contadas para niños.

A nuestro lado estaban los chicos de Printed dreams, que  no les conocía pero me pareció fascinante su impresora de los sueños ;). Una impresora que imprime en 3 dimensiones los diseños que tú quieras.

Compramos un plato precioso y además me enamoré de las cositas tan bonitas que tiene Oui Oui; un espacio donde comprar en general regalos muy cuquis.

 

Tatoonie lo componen dos chicos jóvenes y tienen unos diseños muy originales. Además, su tinta de soja suma modernidad y mucho mucho glamour a los tatuajes.

To the wild, con sus tipis preciosos, Life in diaper y su costura y madera; Chus Barranco, con su arte de colores y mucho mucho gusto;  y Petit Pascon, con sus camisetas y álbumes chulis chulis; me parecieron cuatro marcas llenas de creatividad e ideas bonitas. Mentes brillantes gestionando proyectos muy chulis.

Y aunque quería dejarles para el final, no puedo olvidar Amphibia Kids, un proyecto muy apropiado para los lectores del norte. Ropa de lluvia muy bonita y nada cara para que los niños puedan saltar en los charcos sin preocuparnos de nada más que de eso, de ser niños jugando en el agua.

Así que, aunque terminé con un dolor de cuello y de espalda tras 5 largas horas sin parar de pintar caras, puedo decir que mereció la pena, una vez más, este día de infancia, de color y de sonrisas del futuro llenas de esperanza.

 

Temas

Mi hija me puso la vida patas abajo y me encanta aprender a andar con mis manos

Sobre el autor

Cada vez hay más consciencia social acerca de la importancia de escuchar al niño. Mi hija mayor fue mi acompañante y motor para el cambio que hice en mi vida: dejé mi trabajo en televisión por perseguir este sueño que un día tuve. Se llama "Froggies" y fue mi primer proyecto. En 2016 me convertí en bimadre, y esta aventura me está resultando muy intensa. Creo firmemente que los adultos tenemos mucho que cambiar para ofrecer a los niños un lugar mejor donde vivir.


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