El otro día leía un artículo en la revista Yo Dona que comenzaba así:
Los Duques de Cambridge a la salida del hospital cuando nació su hija Charlotte
Más allá de decir, que cada madre puede salir del hospital como quiera, y que olé Kate por salir tan guapa en tiempo récord, lo que me preocupa de esto es la crítica feroz de una madre a otra madre. Pública, directa e indiscriminada.
Pocos sentimientos conozco tan viscerales como el de la maternidad. Y la forma de enfocarla genera un conflicto de “conmigo o contra mí” entre muchas madres. Esto esta completamente a la orden del día. Tener hijos no está exento de polémica, es un tema jugosísimo para debatir. Cada temática de los niños tiene al menos dos corrientes a seguir, por supuesto antagónicas. Si das el pecho; si le llevas a guardería; si te coges una excedencia para cuidarlo; si te reincorporas antes al trabajo; si le das de comer en trozos; si le das puré; si le dejas a comer en el colegio y no le llevas a casa al mediodía… todo. Todas las decisiones tienen adeptos y detractores. Como todo en la vida.
Traer a un hijo al mundo, cuidarlo, y educarlo es la tarea más difícil a la que nos enfrentamos los padres. Por eso, debemos de tener respeto. Hay tantas maneras de criar como padres en el mundo, y ninguna es mejor que la otra. Lo que sirve para mí, no sirve para otros. Detrás de cada madre, hay una historia, unos valores y una educación que junto con la de su pareja, está usando de herramienta para educar a sus hijos. ¿Quienes somos otros padres para meternos en eso? Yo puedo tener una opinión diferente en cuanto a los hijos que mi círculo más cercano, pero la clave está en el respeto. Y en aprender de la diferencia. En la educación que yo doy a mis hijos, estoy trasmitiendo unos valores y unas creencias. Nadie debería meterse en eso.
Volviendo al tema de la salida del hospital de la Duquesa de Cambridge, Keira Knightley le reprocha que está ocultando lo que es el parto y el postparto. Retomo el mensaje inicial en el que al igual que cada persona es un mundo, cada parto es diferente. Desde luego yo después de tener a mi primer hijo, no creo que hubiera podido salir así del hospital a las 7 horas. Pero después de tener a mi hija, estaba tan bien, que tranquilamente me podría haber ido a mi casa en tacones a las pocas horas. Yo salí del hospital vestida, peinada y maquillada en las dos ocasiones. Una más dolorida que otra, pero así me fui a mi casa. No estaba ocultando nada ¡estaba poniendo al mal tiempo buena cara! Y esa, es una elección personal de cada madre que va con su personalidad. En el caso de Kate, además de con su personalidad, con su rango.
Al final, Kate Middleton sólo era una madre saliendo del hospital con su hijo en brazos, feliz, orgullosa y radiante. No estaba ocultando nada. Sólo se iba a su casa.