Después de casi seis décadas de creación cinematográfica, Agnès Varda, considerada por muchos la precursora de la ‘nouvelle vague’, es uno de los grandes nombres vivientes de la cultura francesa. Esta mujer que se autodefine como ‘visual artist’ y ‘filmmaker’ continúa, a sus 85 años, en activo y viajando de un lado al otro del globo. A principios del año participó en el programa de MP2013 con vídeos y fotografías sobre el Departamento de Bouches-du-Rhône y los barrios de Marsella, que se expusieron en Aix-en-Provence, y a mediados de septiembre organizó un domingo de divertimento en la Fundación Cartier de París, donde mostró su lado más relajado. A pesar del largo camino ya recorrido desde que en los años 50 debutara en el cine con ‘La Pointe-Courte’, Varda no parece tener ganas de retirarse de la creación artística.
En su exposición de Aix-en-Provence había muchos juegos de palabras, esta tarde ha presentado un divertimento con números de circo, guiñoles, break dance… ¿Se encuentra en un momento lúdico de su vida? ¿Qué temas le interesan en esta etapa como creadora?
Acaba de ver un proyecto mío de creación y me pregunta qué me interesa…
Últimamente está realizando bastantes proyectos. Quizás no son todos así…
En octubre voy a Los Ángeles, al LACMA, donde voy a exponer una gran cabaña hecha con películas de cine y un gran mural de fotos. También he hecho una ilustración para el número de otoño de la revista Zoetrope All-Story. Intento aceptar las proposiciones diversas que me llegan porque haciendo cosas me divierto. Pensamos en función de lo que necesitamos.
Esta tarde se ha rodeado de gente muy joven y se nota además que se preocupa por seguir conectada a las nuevas tecnologías. Muchos de sus videos y de sus fotografías ahora las hace en formato digital…
Se trata sobre todo de no escapar de una técnica que se impone. Yo no he elegido que la fotografía sea digital… He trabajado mucho en la restauración de películas porque ya no hay salas de proyección que trabajen con bobinas, hay que pasarlas a DCP, y si no hacemos esto ya no podemos mostrarlas… No podemos darle la espalda a la tecnología, hay que lidiar con ella.
¿Qué le parece MP2013?
No me interesa como pregunta.
Pero usted participó en su programa con una exposición…
No tengo nada que pensar. Ser elegido como Capital Cultural es una ocasión para desarrollar la ciudad. Que sea en Marsella o en otra parte está bien. Marsella me gusta porque yo soy del sur pero… He visto varias cosas y están bien. La Capital Cultural da la oportunidad a ciertas ciudades que están un poco en la sombra de recibir una mano resplandeciente, y eso es bueno.
¿Cómo fue su experiencia con la organización?
Había una competición de la Capital contra las pequeñas ciudades, del Departamento contra la Región, de la ciudad de Marsella contra el Departamento… En fin, están todos separados. Pero el lugar donde yo exponía era la Galería del Departamento así que yo jugué el rol del Departamento: Bouches-de-Rhône (Bocas del Ródano). Y me parecía divertido hacer una aproximación de primer grado (el vídeo principal consistía en unas bocas recortadas que reían y cantaban sobre unas imágenes del Ródano). Después, como la Capital Cultural es Marsella, fui a hacer un reportaje a los barrios norte, que tienen muy mala reputación y donde hay gente que se pelea y se mata, para hacer algo apacible y con juegos de palabras…