Ahí van los consejillos prometidos en el post anterior. Antes de nada comentar que los consejos que voy a dar son útiles si el perro tiene un miedo “razonable”. Si el miedo es extremo, habría que acudir al veterinario. En caso de un miedo “normal”, en el momento en el que el perro se asuste:
En resumen, lo que hay que hacer es ignorar esa actitud del perro, esperar a que se tranquilice y, en todo caso, premiarle cuando ya no muestre miedo.
Normalmente este tipo de miedos en el perr puede deberse a diferentes causas: deficiente socialización del mismo, propensión genética o algún trauma vivido, por ejemplo.
Se puede trabajar ese miedo, acostumbrándolo poco a poco a ruidos cada vez un poquito más fuertes. Pero esto siempre y cuando, como he dicho al principio del post, este miedo esté dentro de lo normal y no sea desmesurado. En caso contrario, repito, habría que llevarlo al veterinario y él nos ayudaría con el problema.
Si alguien sabe alún truquillo más, se admiten sugerencias. Yo, sé que hago mal, pero no puedo evitar acariciar al mío de la penita que me da…