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Irene Crespo

Uno más en la familia

Cómo evitar el estado de ansiedad en los cachorros

Como prometí el lunes pasado en el post con las pautas recomendadas por Manuel Villar (*) para Gurutze, aquí tenéis un texto de Manuel sobre la emocionalidad alta (o estado de ansiedad) en los cachorros. Era uno de los problemas que tenía Gurutze con su cachorro y es un tema muy habitual en cachorros y perros jóvenes, así que espero que este texto os interese y os sirva de ayuda.

“Es habitual que las personas que deciden tener un perro se decanten por un cachorro. Varios son los motivos de esta elección: desde pensar que un animal que crece dentro de la unidad familiar tendrá un mejor carácter hacia los integrantes de esta  hasta el mero hecho de no perderse esas secuencias de crecimiento que tanto nos hacen disfrutar.

Sin dejar de lado que la fase de cachorro es la más tierna desde la perspectiva del ojo y cerebro humano, también es necesario mencionar que es la más delicada e importante. Es necesario enseñarle a comportarse en esos momentos en los que es más receptivo a la educación, sin inhibir sus experiencias con el ambiente (comportamiento investigativo), será necesario imponer normas de convivencia en el hogar y generar un clima de tranquilidad, para que sea este y no otro el que predomine en su estado emocional. Hay que entender que ese cachorro en compañía de sus hermanos y madre sería pupilo diariamente de una enseñanza basada en el respeto y la calma, base del equilibrio en la manada.

Por este motivo seremos los responsables de mantener a nuestro perro siempre tranquilo  en casa. Para que fije sus conductas en torno a esta situación en el hogar, mantendremos los límites en cuanto a las interacciones que este haga respecto a las personas ajenas que puedan acceder a el, así como aquellas que por decisión unilateral se le impongan por los habitantes humanos de la casa.

Tal y como ya he expresado en otros artículos, enseñarle al perro las ordenes básicas para que este las pueda reconocer y ejecutar con tranquilidad es el primero de los pasos que el propietario ha de poner en marcha desde que el animal entra en el hogar. Ellos, con sólo un par de mesitos de vida, son capaces de aprender y entender lo que les estamos pidiendo. Cuanto antes trabajemos para que el animal entienda cómo ha de comportarse y cómo debe ser su estado emocional en todo momento, antes obtendremos el control del perro y este el equilibrio que necesita para obtener la total felicidad, vínculo y relación con sus propietarios.

De la misma forma,  que nuestro perro no alcance la calma será contra producente para el aprendizaje de cuestiones tan básicas como que nos atienda cuando le llamemos, cuando le pidamos algo, controlarlo a nuestro lado aun llevando correa, etc… El caso más habitual y sobre el que los propietarios piden más información es  cómo controlar el momento de atraer al perro para llevárnoslo  a casa después del último paseo del día:  “…es el momento de volver a casa, mi perro se ha divertido con el grupo de cánidos con el que lo hace todos los días le llamo 1, 2, 3, 4 veces… imposible no acude. Intento ir a por él, al acercarme se escapa (piensa que estoy jugando). Me saca de las casillas, estoy cansada de trabajar todo el día y esta situación me sobrepasa. Sucede todos los días… ¿Cuándo aprenderá?…”.

Lamentablemente no aprenderá si nosotros, sus propietarios, no iniciamos el condicionamiento para que entienda lo que significa nuestra llamada. Esta situación se repite día tras día, ya que el perro no tiene la información y en ese estado emocional en el que se encuentra le es imposible concentrarse en nuestra orden. El mencionado condicionamiento lo trabajemos en un lugar primeramente tranquilo y en donde el perro no encuentre motivo para distraerse. El animal deberá de entender que cada vez que venga a nuestra llamada obtendrá algo bueno (premio alimenticio, una caricia, etc.). Al principio bastará con colocarnos delante suyo a un metro de distancia (este ejercicio puede practicarse en casa en su fase inicial) y realizar la llamada a través del comando que hemos decidido (siempre el mismo y una sola palabra: ven, aquí… podremos utilizar cualquiera, intentando que sea corta y fuerte). Hay que tener en cuenta que en ocasiones habrá que realizar esta llamada a distancia, ha de ser fácilmente audible para el animal.  Cuando en casa tengamos conseguido el ejercicio con perfección, expondremos al perro a realización del ejercicio en un lugar con ruido ambiental (terraza, jardín, zona verde sin grandes estímulos), que no suponga gran distracción para él, hasta que lo ejecute con precisión. Poco a poco personas conocidas para él, perros tranquilos, niños jugando, balones o pelotas rodando, se unirán a los estímulos a evitar en cuanto se le llame, no olvidéis reconocer los esfuerzos de vuestro perro por romper el impulso de seguirlos y volver a vuestro lado. Mientras realizáis este ejercicio pensad que estaréis cerrando un vínculo con vuestro perro y alcanzando la mejor de las relaciones con el animal”.

Recordad que el lunes que viene Manuel Villar contestará aquí a alguno de vosotros dandoos consejos para los problemas con vuestro mejor amigo sobre los que nos habéis escrito. Para los que aún no nos hayáis escrito, tenéis más abajo la manera en la que hacernos llegar vuestras dudas a Manuel y a mí.

(*) Manuel Villar es etólogo canino y miembro de la Asociación Noble y Fiel Amigo (ANFA)

(**) Si quieres que Manuel te ayude con tu perro, recuerda rellenar este cuestionario (http://canales.diariovasco.com/documentos/mascotas/consultorio.doc) y enviarlo a unomasenlafamiliablog@gmail.com.

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Blog dedicado a todo lo relacionado con el mundo de las mascotas: adopciones de perros y gatos, eventos, consejos prácticos para cuidar a ese miembro tan especial de la familia.


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