Hace unas semanas os comenté que, debido a la polémica generada en torno a la decisión de no eutanasiar a Sort, había hablado con la Asociación Bubastis y pedido que me pasasen información sobre varios casos que me constaba que había llevado dicha asociación. Estos casos tienen en común tener como protagonistas a animales que en un primer momento habrían sido tachados como dignos candidatos a la eutanasia, alguien decidió no sacrificarlos y hoy en día viven más que felices. Os conté en ese primer post el caso de Erin, hoy le toca a Irenia…

Irenia en la actualidad

Irenia fue otro caso del que Bubastis se tuvo que hacer cargo tras el rechazo de otra entidad animalista. Unos niños de 12 y 14 años habían llamado a esa primera entidad avisando de que se habían encontrado un cachorrito de gato con los ojitos infectados (con los ojos así, el gatito corría el riesgo de salir a la carretera, ya que no veía). Esa entidad contestó a los niños que un gato en esas condiciones, si lo llevaban a su recinto, probablemente sería sacrificado… Obviamente los niños buscaron otro sitio.

Finalmente, Bubastis quedó con estos niños en Hernani para recoger al gatito. Me cuentan que al llegar vieron a dos niños con una cajita en las manos, dentro había una gatita tricolor con una infección de ojos terrible… esa era Irenia. Lo primero que hicieron los niños al entregar el gato fue preguntar si lo iban a sacrificar, a lo que Bubastis contestó que, salvo que empeorase mucho más, la intención era salvarla y, además, se comprometió a irles informando por correo electrónico de la evolución.

Ya en casa, vieron que uno de los ojos lo perdería seguro, así que centraron sus fuerzas en salvar el otro. Irenia resultó ser una campeona: pasó en esa casa meses, meses en los que fue tratada diariamente con diferentes pomadas y colirios y no se quejó en ningún momento. ¿No merecía el esfuerzo?

Tras la cirugía del primer ojo, se intentó la recuperación del otro, pero no fue posible: quedó con una visión muy parcial. Pero ni la primera ni la segunda cirugía le impidieron jugar, corretear por casa e incluso cazar moscas… “Sí, sí, como suena…¡¡cazaba moscas !!” me cuentan desde Bubastis.

Irenia fue rescatada de la calle en julio del 2011 y fue adoptada en las navidades de ese mismo año por una recién incorporada nueva socia de Bubastis: Nerea. Hoy vive en Bidebieta, totalmente ciega, feliz con ella y con otro gato al que le hace la vida “imposible” de tanto jugar y jugar. Curiosamente, la más cañera…¡es ella !.

En breve os contaré otro caso tan especial como el de Irenia, que aún quedan varios pendientes… Mientras tanto, os dejo con un vídeo de Irenia jugando con su juguete favorito: una pelota de papel de aluminio.