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Irene Crespo

Uno más en la familia

Varios problemas con una bulldog frances

Andrea escribe a Martín R. Ojeda (*)  porque tiene varios problemas con su bulldog frances hembra: le gruñe y enseña los dientes, ladra cuando hay ruidos, es desobediente… Ahí va la respuesta de Martín:

“Como es la costumbre, vamos a analizar los problemas por separado para entenderlos mejor.

1.- Lo primero que me cuentas es que tu perrita “…a veces es como si se volviera loca, se pone debajo de la mesa y empieza a gruñirme, enseñarme los dientes y ladrarme descontroladamente con cara amenazante…”

Bueno, voy a ser lo más claro posible: ésta es una situación delicada. En una relación con un vínculo bien establecido no surge como reacción habitual del perro para con el dueño el gruñir, enseñar los dientes o ladrar amenazadoramente (salvo cuando es claramente en forma de juego). Es una conducta que puede surgir en un cachorro que no esté bien socializado o bien en un caso en que no está claramente resuelta la cuestión jerárquica, por ejemplo, pero que no puede permitirse de ninguna manera.

Lo “bueno” del caso es que refieres que sucede a modo de llamada de atención y no como respuesta habitual, y que es un animal muy joven aún, con lo que no ha fijado sus patrones de conducta.

Mi recomendación es que te pongas rápidamente en manos de un profesional para que te ayude a reconducir la situación, al tiempo que la llevas al veterinario a que le haga una buena revisión. Mientras tanto, debes ignorarla por completo cuando tenga esas reacciones. Ni gritos, ni confrontaciones ni mucho menos meterte a sacarla de debajo de la mesa.

2.- Ladridos frente a ruidos.

Este problema es bastante común, y suele ser fuente de consulta de dueños agobiados por los vecinos.

Como ya he dicho más de una vez, una de las funciones internalizadas del perro es dar la voz de “alerta” ante diferentes situaciones. Es su forma de decirle al autor del ruido “¡Cuidado, que te he oído y aquí estoy!”, al mismo tiempo que a nosotros nos cuenta “¡Eh, que aquí pasa algo y estoy al tanto!”. Así pues no es un problema que un perro ladre si oye el ascensor, un portazo o lo que sea…bueno, mejor dicho, no es un problema “del perro”, pero sí lo será nuestro con los vecinos si la cosa se sale de madre.

La forma de lidiar con esto, amén de la paciencia de siempre, es la educación. Enseñarle hasta qué punto el aviso está permitido y es bienvenido, y a partir de dónde se pasa de la raya.

3.- Es desobediente y/o le cuesta aprender.

Como ya sabemos, no todas las razas caninas tienen la misma capacidad para aprender, ni la misma velocidad para hacerlo. Hay también razas que, por su carácter, son más propensas a la rápida adquisición de conductas por el mero hecho de satisfacer al dueño, y otras de tipo más fuerte que son más “pasotas” a ese respecto. Sin ánimo de ponerme en contra a los dueños de bulldogs franceses (profeso desde aquí mi amor indiscriminado por toda raza de chuchos, y más aún por los mestizos), tengo el deber de señalar que en base a mi experiencia, son muy, muy, muy cabezotas. Como todo aprendizaje implica dejar la comodidad de lo anterior para moverse a algo nuevo…pues son más de quedarse en su comodidad. Pero esto no quiere decir en absoluto que no sean capaces de aprender ni, mucho menos, que sean tontos.

Mi recomendación es que la lleves a un programa de educación con un profesional cualificado que, estando también al tanto de los otros problemas, pueda trabajarlos conjuntamente.

Un último apartado. Como ya saben quienes sufren la lectura de estas respuestas a consultas quincenalmente, siempre aclaro que son basadas en los datos que da el dueño y recomiendo la visita al profesional tanto para un correcto diagnóstico como para el tratamiento particular. En este caso de hoy, la intervención de un etólogo-adiestrador (o la interconsulta entre dos profesionales si no hay disponible uno que haga las dos cosas) es de suma importancia. Más allá de la cabezonería de la raza, tu perra no aprende o aprende mal y como quiere porque hay un serio problema de vínculo con quien le enseña, o sea tú. Para que el perro se someta al proceso de aprendizaje tiene que haber un buen vínculo de jerarquía y respeto con quien enseña (por eso verás que hay “adiestradores” a los que los perros no hacen ni caso), y desde ya te digo que poca falta de respeto hay mayor que enseñarte los dientes.

Por eso es menester el trabajo de un profesional para que por un lado te ayude a establecer el vínculo sano con tu perra, mientras que por el otro va puliendo y poniendo límite a las conductas indeseadas.”

(*) Martín R. Ojeda es etólogo y adiestrador de Servicios Caninos Integrales

(**) Si quieres que Martín te ayude con tu perro, recuerda rellenar este cuestionario y enviarlo a unomasenlafamiliablog@gmail.com.

(***) Tened en cuenta que los consejos se dan habiendo leído el cuestionario rellenado por la persona que hace la consulta, por lo que el etólogo cuenta con muchos más datos de los que aquí se comentan.

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Blog dedicado a todo lo relacionado con el mundo de las mascotas: adopciones de perros y gatos, eventos, consejos prácticos para cuidar a ese miembro tan especial de la familia.


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