Como os conté hace un par de días, ayer se celebraba la vista contra el presunto responsable de la grave desatención a Juani, una gata que cayó del balcón de la vivienda con el collar incrustado en su cuello, y que se recuperó de forma milagrosa tras un mes de intensos cuidados. La Asociación para el Trato Ético con los Animales (ATEA) informa en una nota de prensa que el Ministerio Fiscal solicitó a la jueza una condena de veinticinco días de prisión –a razón de dos euros diarios–, así como al pago de las costas por la atención veterinaria. ATEA afirma que, para empezar, el pago de la atención veterinaria recibida por la gata ni debería ser computado como castigo, puesto que queda especificado en la legislación proteccionista que es una obligación de todo propietario ofrecer a los animales bajo su cargo la atención precisa, “cosa que el imputado obviamente no hizo”.
La asociación explica que esta petición la valora desde dos puntos de vista contradictorios: por una parte, opina que resulta “sencillamente escandaloso” que causar tan severo daño a un mamífero pueda valorarse en una cantidad de dinero “tan ridícula”, pero, a su vez, le parece significativo que la judicatura en general comience a aceptar denuncias por maltrato animal y a emitir sentencias condenatorias, “algo casi anecdótico hace tan solo un par de décadas”. Sobre este último punto, también crítica que el proceso se esté dilatando tanto en el tiempo.
ATEA finaliza su nota afirmando que esperará a que se emita la correspondiente sentencia –“todo apunta a que condenatoria”– y a que esta sea firme, para evaluar entonces si emprende nuevas acciones legales contra los responsables de “tan horrenda negligencia”, que según sus informaciones podría estar afectando a otros animales a cargo de la misma persona.