La persona responsable de la “gravísima” desatención de la que fue víctima una gata siamesa en Bilbao la pasada primavera resultó condenada tras la vista que tuvo lugar el pasado 19 de septiembre, según ha informado la Asociación para el Trato Ético con los Animales (ATEA). La condena es triple, por cuanto, además de la propia condena establecida por la jueza (175 euros en total), obliga al acusado a abonar el importe total que supuso la asistencia veterinaria “gracias a la cual Juani sobrevivió a una muerte segura”, además de pagar las costas del juicio.
ATEA dice tener al respecto una sensación agridulce por una sentencia para ellos “a todas luces insuficiente pero impensable hace apenas unos años”. La agrupación quiere también transmitir el final feliz de Juani, quien lleva un mes ya en su nuevo hogar.
Relacionado con este mismo caso, ATEA acaba de interponer ante el Ayuntamiento de la capital vizcaína una nueva denuncia administrativa contra las mismas personas, al conocer que, algunos días antes de la celebración del juicio, la supuesta compañera sentimental del propietario de Juani se presentó en una clínica veterinaria de Barakaldo solicitando presupuesto para la vacunación de cinco gatos, cuyas imágenes mostró a una trabajadora del establecimiento, quien se quedó horrorizada por el aspecto que presentaban los animales. Según explica la asociación, al ver dichas imágenes, la trabajadora sugirió a la clienta en ciernes que los gatos deberían ser atendidos con urgencia a lo que esta contestó que “ya les había dado una pastilla y que se habían curado”. ATEA explica en su nota de prensa que “cabe deducir de este episodio que más animales podrían estar pasando por idéntica pesadilla a la de Juani”.
Por ello, esta organización ha cursado una solicitud de intervención urgente en el domicilio de esta pareja, “con la principal y doble pretensión de que se aplique con todo rigor la normativa proteccionista vigente, y antes que nada que les sean decomisados cuantos animales se hallen en la citada vivienda”, inhabilitando a los responsables para la tutela de animales pues, según ATEA, resulta evidente que no se trata de personas apropiadas para ello.