Testudo graeca

Los veterinarios de la Clínica Lardy nos cuentan esta semana todo lo que necesitamos saber para tener una tortuga terrestre como mascota.

“Desde la década de los 60 hasta mediados de los 80 las tortugas terrestres más comercializadas en España fueron la Tortuga Mora (Testudo graeca) y la Tortuga Mediterránea (Testudo hermanni). La popularización de estos quelonios fue tal que en la actualidad probablemente se encuentren más ejemplares cautivos que en libertad. Con la entrada en vigor de legislaciones restrictivas con el comercio de estas especies se intentó frenar su declive. Sin embargo, el empleo de tortugas como mascota se trasladó más allá de nuestras fronteras comercializándose especímenes de otras zonas como la Tortuga Rusa (Agrionemys horsfieldii).

Todas las tortugas con esta distribución geográfica presentan en mayor o menor medida períodos de hibernación y estivación (periodos de latencia para adaptarse a situaciones de excesivo frío o calor). El mantenimiento de estas especies debe tener presente esta variable y recrear las condiciones climáticas de su zona de origen.

Las indicaciones sobre el tamaño y las instalaciones para alojarlas van a estar condicionadas por su biología, razón por la cual es imprescindible conocerla. Todas las especies terrestres pueden ser alojadas durante el verano en instalaciones al aire libre y en los periodos desfavorables en terrarios convencionales lo más amplios posibles.

Temperatura

Testudo hermanni

Un terrario no tiene que  tener una temperatura uniforme, debe disponer de zonas con diferentes temperaturas de esta forma cuando la tortuga necesite conseguir su TCP (Temperatura Corporal Preferida) se situará en el área adecuada. Las zonas de mayor temperatura se consiguen con la ayuda de lámparas o bombillas que irradian calor. Estos focos de calor se sitúan con ayuda de portalámparas o carcasas a una distancia del suelo del terrario no inferior a 40 cm. Pueden ser bombillas típicas, lámparas halógenas o las específicas para reptiles que existen en el mercado. Todas ellas dirigidas a irradiar calor de forma local para favorecer la termorregulación.

Este tipo de calor local debe ser combinado con una calefacción de carácter general que proporcione un ambiente cálido. Con ello se evitará que el quelonio se quede inmóvil bajo el foco de termorregulación. Pueden utilizarse radiadores eléctricos de uso doméstico y para instalaciones de medidas medias y pequeñas existen las esterillas térmicas, cables calefactores y bombillas cerámicas.

Las temperaturas podrán ser manipuladas mediante termostatos. Jugando con las potencias de las lámparas se conseguirán temperaturas mínimas y optimas para una correcta activación biológica.

Humedad

El uso de los sistemas de calefacción en los terrarios conlleva a una reducción drástica de la humedad ambiental que puede producir deshidratación en los reptiles, por lo que ha de instalarse un higrómetro al lado opuesto del foco de calor y controlarlo con frecuencia. En el caso de que la humedad no llegue al mínimo se puede pulverizar el recinto regularmente o colocar recipientes con esponjas o fibra de coco humedecidas con agua.

En términos generales, la humedad no debe ser inferior al 45% pero este parámetro debe ser adaptado a las características ecológicas de cada especie, proporcionando ambientes más secos en las especies desérticas y más húmedos en las especies selváticas.

Iluminación 

Agrionemys horsfieldii

Los reptiles miden el tiempo de horas de luz con la finalidad de regular su ciclo biológico, privar a un quelonio de luz ultravioleta puede actuar como un factor estresante crónico y contribuir a una mala adaptación y a una bajada de sus defensas.

Teniendo claro que la exposición solar directa es la fuente de radiación ultravioleta ideal, por razones climatológicas no se podrá proporcionar durante todo el año y su sustituto será una fuente artificial como las lámparas que existen en el mercado,  especiales para reptiles tal y como hablamos en el anterior artículo sobre las tortugas acuáticas.

Alimentación

Una correcta alimentación es muy importante ya que, en cautividad, una dieta no equilibrada puede ocasionar desequilibrios metabólicos que conlleven a la aparición de enfermedades complejas.

Las tortugas terrestres que con más frecuencia aparecen en la consulta veterinaria son herbívoras, en términos generales su dieta debe cumplir las siguientes características:

–          Alto contenido en fibra vegetal

–          Contenido importante de minerales, sobretodo de calcio

–          Presencia de Vitamina A y D3.

–          Bajo contenido en proteínas, no más del 5%.

(En el caso de las especies terrestres omnívoras la proteína será de un 30%)

Actualmente existen  en el mercado piensos específicos para tortugas terrestres perfectamente formulados para individuos adultos o juveniles en crecimiento.

La mejor forma de alimentarlas es compaginar estos piensos tanto con el aporte de plantas silvestres (diente de león, alfalfa, trébol, níspero, achicoria, morera, césped, higo chumbo, rosa, caléndula, zarzal…)  como con vegetales de huerta (lechuga, coliflor, pepino, zanahoria, tomate, manzana, pera, berenjena, sandía, melón, espinaca, acelga…). El menú diario debe ser lo más variado posible ya que la rutina crea generalmente apetencia a sólo una o dos especies vegetales.

La dieta no debe basarse solo en los preparados comerciales ya que esto propicia una falta de estímulo y poco movimiento que desemboca en un problema de obesidad y movilidad. Para evitar esta situación, se recomienda colocar las plantas y verduras en un lugar diferente a la del pienso para así fomentar su búsqueda y con ello fomentarle el ejercicio.”

Si tenéis cualquier duda sobre este tema, queréis hacer alguna consulta sobre la salud de vuestro peludito o queréis que los veterinarios de Lardy hablen sobre algún tema en concreto, sólo tenéis que escribir un correo a unomasenlafamiliablog@gmail.com, yo se lo pasaré inmediatamente a ellos y en unos días tendréis vuestra respuesta a través de este blog. Animaos, tantos ellos como yo estaremos encantados de ayudaros.