Elena nos escribe preocupada porque su perro, un teckel de poco más de un año, destroza todo cuando le dejan solo en casa: cojines, pared, puertas… Nuestro etólogo, Martín Ojeda (*), contesta a su consulta:
“La consulta de hoy trata de un macho de teckel de un año y tres meses de edad que hace uso a voluntad de los sofás de la casa y que, al quedarse sólo en la vivienda, la emprende contra todo lo que puede.
En lo que tiene que ver con el uso de los sofás, es consecuencia directa de haber permitido esa conducta al principio de la convivencia. Si, como ya hemos dicho varias veces, no puede pretenderse que el perro lleve a cabo una conducta que no se le ha enseñado, resulta evidente que tampoco puede esperarse que deje de llevar adelante una que se le ha permitido y que, especialmente, le produce gusto o placer.
Por otro lado, si el pequeño no ha pasado por un plan de educación es lógico también que no entienda este “cambio de criterio” por el que se supone que ahora no puede usar los sofás; independientemente de que tenga su propia cama.
Mi recomendación es que le hagáis pasar por un programa de obediencia, cuyo educador os indicará como enseñarle al perrete que el sofá ya no está permitido.
En cuanto a las conductas destructivas, deciros que pueden obedecer a diversos motivos. El primero a descartar es el aburrimiento. Si el pequeño se aburre, hará lo que encuentre entretenido para pasar el tiempo y, como bien sabemos, morder y destrozar es un juego entretenidísimo; si no se le ha enseñado que no está permitido hacerlo con todas las cosas. La solución pasa por buscarle juegos y/o juguetes que le resulten de mayor interés.
Sin embargo, bien puede tratarse de un trastorno relativo a la ausencia del dueño, genéricamente conocidos como “ansiedad por separación”, y de los cuales hemos hablado ya en más de una ocasión. Si bien el signo más habitual en las consultas por este tipo de trastorno son los aullidos o ladridos incesantes, la conducta destructiva es también frecuente y hay que tener cuidado con su interpretación. El romper cosas o morderlas no es una venganza por dejarlos solos sino que es una forma de liberar estrés.
En este tipo de casos suele hacerse un proceso de habituación paulatina para que el perrillo “entienda” que no pasa nada por quedarse solito, a la vez que se usan juguetes más complejos para que se mantenga más tiempo entretenido en los momentos de soledad.”
(*) Martín R. Ojeda es etólogo y adiestrador de Servicios Caninos Integrales
(**) Si quieres que Martín te ayude con tu perro, recuerda rellenar este cuestionario y enviarlo a unomasenlafamiliablog@gmail.com.
(***) Tened en cuenta que los consejos se dan habiendo leído el cuestionario rellenado por la persona que hace la consulta, por lo que el etólogo cuenta con muchos más datos de los que aquí se comentan.