Martín Ojeda (*), nuestro etólogo canino, contesta hoy a la consulta de Beatriz, quien nos escribe preocupada porque su perro no para de ladrarle.
“La consulta de hoy trata de un macho de westie de un año y medio de edad que ladra constantemente a su dueña y le mordisquea los pies, deteniéndose sólo cuando se le pone la correa para salir. Esta conducta se lleva a cabo respecto a sólo uno de los dueños, siendo que con el otro no se produce.
De acuerdo a la información que se da en el cuestionario, da la impresión de que nos encontramos ante un caso claro de “enseñanza involuntaria”.
El perrillo ha aprendido a través de su experiencia que, si ladra o mordisquea, obtiene un recurso preciado para él, en este caso, la atención de la dueña o bien salir cuando le apetece.
¿Cómo se da esta situación? A base de repetición, como hemos visto en los artículos relativos al aprendizaje. Nuestros perrillos aprenden a base de los beneficios que obtienen. Luego, si ladrando o mordisqueando logran que se les preste atención, ¿por qué dejar de hacerlo?
Ahora bien, ¿qué podemos hacer nosotros? Bueno, lo primero y principal, no prestarles atención mientras estén llevando a cabo ese tipo de conductas. Pero un dato importante: reñirles o “echarles una bronca” es para ellos también una forma de prestarles atención. Entonces la recomendación es ignorarlos totalmente hasta que cese el comportamiento que no queremos que se repita.
La paciencia es aquí una cuestión fundamental, porque al principio, lejos de eliminar el comportamiento, el chucho elevará la intensidad del mismo en plan “no sea que no me hayas escuchado ladrar…”. Así que hay que hacer de tripas corazón y perseverar.
Y el siguiente consejo es premiar los momentos de tranquilidad para que entienda que es eso lo que queremos. Saldrá, o le prestaremos atención, sólo cuando esté tranquilo.”
(*) Martín R. Ojeda es etólogo y adiestrador de Servicios Caninos Integrales
(**) Si quieres que Martín te ayude con tu perro, recuerda rellenar este cuestionario y enviarlo a unomasenlafamiliablog@gmail.com.
(***) Tened en cuenta que los consejos se dan habiendo leído el cuestionario rellenado por la persona que hace la consulta, por lo que el etólogo cuenta con muchos más datos de los que aquí se comentan.