Desirée nos escribe para ver si Martín Ojeda (*), nuestro etólogo canino, puede ayudarle. Nos cuenta que su perra, una cocker de dos años y medio que adoptó hace ya dos años, sigue orinándose y defecando en casa.
“La consulta de hoy trata sobre una hembra cocker de dos años y medio de edad que, a pesar de saber hacer sus necesidades fuera, sigue haciéndolas dentro de casa en determinadas circunstancias.
Para comenzar, es bueno recordar que existen distintas causas para el problema que denominamos “eliminación inadecuada” y que, en la mayor parte de los casos, consiste en la micción dentro de casa por parte de nuestro perro; aunque existen casos también en que se manifiesta a través de la defecación.
En todos los casos de problemas de conducta un diagnóstico erróneo y, por tanto, un tratamiento inadecuado puede llevarnos al desastre (de ahí la importancia de elegir un profesional cualificado) y esta situación no es la excepción: tratar el caso desde una perspectiva equivocada provocará el agravamiento y la permanencia del problema.
Como siempre, antes de entrar en cuestiones conductuales, hay que descartar la existencia de problemas de tipo físico en nuestro can que harían innecesario nuestro tratamiento y no solucionarían su problema. Hay enfermedades del tracto urinario, renales, endocrinas y neurológicas que pueden presentar entre sus manifestaciones la eliminación inadecuada, por lo que la consulta al veterinario es el primer paso indispensable. Es cierto que la coincidencia de micción y defecación inadecuada por causas orgánicas no es muy habitual, pero hay que eliminar las posibilidades.
Descartado el origen orgánico del problema viene, ahora sí, el momento de analizar la conducta y cuál de las posibles motivaciones es la que la produce.
En primer lugar hay que señalar que el hecho de hacer sus necesidades fuera no implica que el aprendizaje se haya efectuado correctamente. De hecho, se da también que perros que son adoptados de la calle que se supone tendrían que estar habituados a hacer fuera, lo hacen dentro de casa. El tema del correcto aprendizaje y el desarrollo de una preferencia por un sustrato inadecuado (para nuestras preferencias, claro) es algo que no puede dejarse de lado.
Ahora bien, se refiere también en la consulta que la perrilla también se hace cuando nota que la van a dejar sola, ya sea para ir a trabajar o bien porque hay invitados en casa y la encierran en la cocina. Vamos a verlos por separado.
1. Los perros son animales “rutinarios”. Con ello quiero decir que, como puede apreciar cualquiera que tenga uno, son capaces de aprender rápidamente nuestro ritmo de vida y saber con antelación (a través de los signos que vamos dando sin darnos cuenta) qué es lo que vamos a hacer, o si salimos o nos quedamos. Dentro de esa rutina, hay perros que se sienten más cómodos que otros o bien que han sido habituados mejor a esas situaciones en que se quedan solos. Esa micción en el momento en que os vais a trabajar bien puede ser la manifestación de un trastorno de ansiedad por separación del dueño o bien un intento de llamar la atención del dueño, aunque para su correcto diagnóstico hace falta verificar otras cuestiones.
2. En cuanto a la eliminación cuando viene gente y la encerráis podría tratarse de una micción por excitación, pero teniendo en cuenta lo anterior, a primera vista, da la impresión de ser una manifestación más del mismo problema.
Como siempre, mi recomendación principal es que te pongas en contacto con un profesional para que evalúe el caso presencialmente. Sin embargo, puedo dar un par de consejos:
Primero: veinte minutos de salida tres veces al día es insuficiente. Es una perra joven con mucha energía y, como todos, necesita quemarla. Sacarla más tiempo le dará la oportunidad de hacer más veces fuera (¡y ser premiada por eso!), le hará hacer ejercicio y mejorará vuestro vínculo.
Segundo: ¿que molesta a los invitados? Bien, edúcala para que no lo haga. Has de recordar que al adoptarla habéis hecho que vuestra casa sea también la suya, de modo que quien viene tiene que aceptar ese hecho. Encerrarla, que no es más que privarla de vuestra presencia, no es más que un castigo que no comprende y una conducta que no va a reportarte ningún beneficio a nivel conductual.”
(*) Martín R. Ojeda es etólogo y adiestrador de Servicios Caninos Integrales
(**) Si quieres que Martín te ayude con tu perro, recuerda rellenar este cuestionario y enviarlo a unomasenlafamiliablog@gmail.com.
(***) Tened en cuenta que los consejos se dan habiendo leído el cuestionario rellenado por la persona que hace la consulta, por lo que el etólogo cuenta con muchos más datos de los que aquí se comentan.