Aida nos escribe preocupada por el comportamiento de Chantelle, su chihuahua, una perrita de año y medio que ladra a todos los perros. Martín Ojeda (*), nuestro etólogo canino, responde a su consulta:
“Nos consultan hoy por una hembrita de chihuahua de año y medio de edad que no se lleva bien con los demás perros, a quienes ladra e intenta saltar encima.
Como ya hemos visto en algunas ocasiones, los perros tienen distintas vías de comunicación para con sus congéneres y para con nosotros, tanto de naturaleza gestual como vocal. Dentro de esas comunicaciones, el ladrido ocupa un lugar preponderante en lo que respecta al estado de ánimo y a la llamada comunicación “de intención”.
Ahora bien, esa comunicación no implica necesariamente una “verdad” en su contenido, sino que puede obedecer a una “estrategia”. Ése suele ser el caso, que se da con cierta habitualidad, de los perros pequeños que ladran mucho o son avasalladores para con los demás. Generalmente es un mensaje del tipo “cuidado conmigo, que soy pequeño pero matón” (lo que vulgarmente llamaríamos un farol) y que no tiene otro origen que el miedo.
¿Por qué ese miedo? Bueno, puede deberse a situaciones vividas con otros perros, pero no es raro que nosotros los humanos colaboremos en su desarrollo. En el caso particular se refiere que era habitual llevarla “en el bolso”, respecto de lo cual vamos a señalar dos cosas:
-Primero: los perros no son para llevar en un bolso. Que por alguna situación puntual haya que hacerlo es una cosa, pero el perro necesita el ejercicio tanto como necesita el agua. Tiene que caminar, compartir el paseo con el dueño de forma activa para formar su vínculo, y al mismo tiempo lograremos que se mantenga saludable no solo físicamente, sino que disminuiremos la posibilidad de aparición de problemas conductuales.
-Segundo: para convivir con otros, el perro tiene que interactuar con ellos. De entrada, no tenía la edad suficiente para ser alejada de la madre y terminar su aprendizaje, cosa que hemos visto varias veces. Y luego, a través de sus salidas en brazos, ha aprendido a estar alejada de los demás y en una situación hasta de superioridad. Básicamente no sabe qué hacer frente a los otros. Luego es normal que se comporte como lo hace con los otros perros.
¿Qué hacer? Bueno, hay que enseñarle a comportarse y a ver que los otros perros no son una amenaza. Un programa de educación y habituación paulatina seguramente le sería de gran ayuda.”
(*) Martín R. Ojeda es etólogo y adiestrador de Servicios Caninos Integrales
(**) Si quieres que Martín te ayude con tu perro, recuerda rellenar este cuestionario y enviarlo a unomasenlafamiliablog@gmail.com.
(***) Tened en cuenta que los consejos se dan habiendo leído el cuestionario rellenado por la persona que hace la consulta, por lo que el etólogo cuenta con muchos más datos de los que aquí se comentan.