Esta semana la consulta para Martín R. Ojeda (*) nos la manda Jose Antonio. Nos cuenta que su perro, un mestizo de golden y labrador de 7 añitos, tiene pánico a los cohetes y los truenos. Lo que más le sorprende es que durante los 5 años que han vivido en el Pirineo, el perro no tenía ningún problema con ese tipo de ruidos, todo empezó hace 2 años, cuando se mudó al Mar Menor. Jose Antonio nos cuenta que cuando el perro oye estos ruidos tira fuerte hacia casa, el ritmo cardíaco y respiratorio se le altera muchísimo y ya en casa intentar “meterse dentro del propietario”. Jose Antonio nos habla de algún problema más de desobediencia: no siempre acude a la llamada, tira de la correa… Ahí va el consejo de Martín:
“Su consulta es similar a una que tuvimos hace un par de semanas relativa al miedo a las tormentas y petardos, a la que le remito para mayor abundamiento. Sin embargo, le hago un pequeño resumen.
1.- El miedo a las tormentas y petardos.
Es desgraciadamente frecuente y más de lo que debería serlo gracias a esta “afición” por la pirotecnia que suele haber. En casos no graves se trata a través de desensibilización con resultados relativos debidos no a la ineficacia del método sino a la dificultad de reproducir exactamente el estímulo que desencadena el problema, esto es, la tormenta. Y lo mismo sucede con los petardos: para la enorme capacidad de relación que tienen nuestros amigos, un petardo o una tormenta son completamente distintos de otros según el sitio donde estaban, lo que estaban haciendo, con quién estaban, etc.
Acerca del motivo de la aparición de este miedo a los petardos y luego a los truenos cuando en su vivienda anterior no los tenía, muy probablemente se deba a que se haya sobresaltado una vez y a partir de allí les ha cogido miedo. Y el estruendo de los truenos es parecido a los petardos, de modo que reacciona de la misma forma.
Durante las crisis, no debe reforzarse de modo alguno el estado anímico ansioso y, si realmente se agita mucho, le aconsejo que hable con su veterinario para ver si no es necesario sedarlo en esos casos.
2.- La desobediencia.
Respecto de los tirones de correa, los momentos en que no acude a la llamada y demás, sería bueno que pasara por un programa de educación informándote previamente con el educador acerca del método que utiliza para no tener más sorpresas desagradables.”
(*) Martín R. Ojeda es etólogo y adiestrador de Servicios Caninos Integrales
(**) Si quieres que Martín te ayude con tu perro, recuerda rellenar este cuestionario y enviarlo a unomasenlafamiliablog@gmail.com.
(***) Tened en cuenta que los consejos se dan habiendo leído el cuestionario rellenado por la persona que hace la consulta, por lo que el etólogo cuenta con muchos más datos de los que aquí se comentan.