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Irene Crespo

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El aprendizaje en el perro

El etólogo Martín R. Ojeda (*) nos explica esta semana cómo aprenden los perros: cómo conseguimos fijar conductas deseadas en ellos, cómo aprenden otras cosas que a nosotros nos parece que han surgido solas, cómo intentamos enseñarles otras y no hay forma… Ojo, que al final del texto Martín nos pone deberes…

“Todo dueño de perro, o al menos la gran mayoría, ha experimentado algún éxito mayor o menor a la hora de enseñarle alguna conducta a su animal, o bien de enseñarle a llevarla a cabo a su orden. La gran mayoría conoce también la relación “conducta-premio” a la hora de fijar el comportamiento deseado en el perro.

Ahora bien, me atrevería a decir que todos aquéllos a quienes me refiero en el párrafo anterior han experimentado también el fracaso con alguna conducta, ya sea porque no se aprendió nada o lo que se aprendió es erróneo; del mismo modo que la sorpresa ante el aprendizaje por parte del animal de conductas que, al menos de forma consciente, no se han enseñado.

Pero ¿por qué sucede esto? ¿Por qué a veces logramos que el chucho aprenda lo que queremos y en otras parece que se negara lisa y llanamente? ¿Por qué aprende y repite conductas que no le enseñamos? Para poder responder esas preguntas es necesario conocer los mecanismos a través de los cuales los perros aprenden. Así que vamos a ello, poco a poco y desde el principio.

A todos, quien más quien menos, nos suena el nombre de “El perro de Pavlov”, ¿verdad? Le cuento: Ivan Pavlov fue un científico ruso en la rama de la fisiología (premio Nobel en 1904) que verificó a través de un experimento la existencia de lo que dio en llamar “reflejo condicional”, después de haberlo notado por casualidad mientras estudiaba otro tema. Lo primero que hizo fue medir la salivación de los perros en presencia de la comida (estímulo incondicional), y en presencia de un diapasón (hay quien dice que un metrónomo o una campana), notando obviamente que ante la comida salivaban mucho y ante el diapasón prácticamente no había respuesta (era un estímulo neutro).

Una vez hecho esto, lo que hizo fue presentar siempre el diapasón inmediatamente antes de la comida a los perros con hambre, repitiendo el proceso durante varias semanas transcurridas las cuales verificó que la respuesta salival que antes se daba ante la comida se presentaba ahora ante el mero sonido del diapasón y en ausencia de la misma. El sonido del diapasón había pasado de ser un estímulo neutro a ser un estímulo condicionado.

Muy bien. Pero hasta aquí sólo hemos logrado que nuestro perro tenga una respuesta incondicional ante un estímulo que antes era neutro (condicionamiento clásico o pavloviano)…y eso ¿para qué sirve? Pues de momento para saber que el can es capaz de relacionar estímulos y consecuencias. Nada menos.

Avancemos un poco más. El que su perro le dé la pata no es ciertamente una respuesta incondicional a ningún estímulo; no obedece a una conducta instintiva. Sin embargo, si usted se la levanta y recompensa la postura tras más o menos repeticiones el chucho terminará dándosela espontáneamente, porque ha sido capaz de relacionar que la realización de esa conducta (y no ya la presencia de un simple estímulo) lleva como consecuencia un premio.

Usted ha condicionado una reacción motora (levantar la pata) con una consecuencia (premio). Y cuanto más disponible esté el premio, mayor será la frecuencia de la respuesta. Sin saberlo usted ha utilizado para enseñar a su animal un proceso complejo al que se denomina Condicionamiento Instrumental u Operante. ¡Felicidades!

De momento me doy por satisfecho con que usted sepa esto, y que tenga en cuenta que este procedimiento es el que se utiliza también para erradicar conductas no deseadas. Como tarea para el hogar, le dejo a usted la siguiente: busque dónde ha ejercido sin saberlo ese condicionamiento en las conductas que su perro ha aprendido “solo”, como así también dónde está el refuerzo negativo en ésas que ha dejado de hacer sin que usted lo quisiera.

Si es capaz de detectar esas cuestiones, estará un paso más adelante en la comunicación con su animal.”

(*) Martín R. Ojeda es etólogo y adiestrador de Servicios Caninos Integrales

(**) Si quieres que Martín te ayude con tu perro, recuerda rellenar este cuestionario y enviarlo a unomasenlafamiliablog@gmail.com.

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