Un lector habitual del blog nos envía sus reflexiones sobre una historia triste que ha vivido este fin de semana y pide ayuda para su protagonista:
“Hola quiero compartir con todos los lectores lo que vivimos en Aia, sobre todo por si se puede ayudar de alguna forma a su protagonista, ya que nosotros no pudimos.
Resulta que dos familias decidimos pasar el día en el área recreativa de Lukun (ver mapa), a la hora de comer apareció por allí una perrita que al principio pensamos que estaba con quienes ocupaban una de las mesas del merendero. Cuando se fueron nos dimos cuenta de que realmente estaba abandonada. Se le veía muy habituada a estar entre humanos (si es que en esa especie merece estar quien le ha abandonado), muy tranquila, pero con la mirada muy triste. Uno de los niños incluso preguntó por qué estaba llorando la perrita.
Decidimos alimentarla con lo que llevamos y realmente se le veía muy hambrienta. Yo no tengo mascotas ni posibilidad de tenerlas, pero parecía muy delgada. Dejo fotos para que los que estáis más habituados juzguéis mejor y por si a alguien se le ocurre cómo ayudarle. Entre mis posibilidades solo estaba tratar de difundir su historia para ayudarle primero, y sobre todo para tratar de concienciar a quienes hacen estas animaladas y abandonan a su suerte a los animales.
El caso es que un paseante nos dijo que un rato antes la había visto en la zona del parking llevando a dos cachorros en la boca y en ese momento todos nos fijamos de nuevo en ella y que en efecto tenía el cuerpo preparado para amamantar.
Poco después desapareció de la zona, suponemos que en busca de sus cachorros ocultos en algún lugar seguro. Sin estar habituados a estos temas no supimos, como digo, qué más hacer por ella. Espero que estas líneas sirvan de algo y a alguien se le ocurra cómo ayudar a estos animales. Y si se pudiera encontrar a los culpables de este abandono, ojalá reciban el castigo que se merecen”.