Hace unas semanas os contaba, en un comentario en el post en el que Miau buscaba hogar (https://blogs.diariovasco.com/mascotas/2013/09/26/como-es-posible-que-nadie-quiera-a-miau/), que este peque ya tenía una nueva familia. Pensaba guardar los detalles de su nueva vida para el siguiente post de “finales felices”, como hago siempre, pero ha sucedido algo que ha hecho que dedique un texto sólo para ello: Miau ha escrito una preciosa carta a la familia que le rescató de la calle.
Miau vive ahora en Donosti, en una casa con terraza pero sin acceso a la calle, justo lo que necesitaba por el problema de su patita. Juan Carlos vio a Miau en este blog y contactó con Edurne para adoptar a este gatito, lo quería para su madre, una mujer a la que Miau iba a hacer mucha compañía (más bien mutuamente se la harían). La mujer se enamoró de Miau en cuanto lo vio (a mí, que tengo el placer de conocer a este guapetón, no me extraña) y quedaron en que mandarían fotos a Edurne y su familia y podrían visitarlo y demás. Ahora Miau vive con los padres de Juan Carlos.
El otro día, Edurne recibió esta carta de Miau que ha querido compartir con nosotros:
“¡Hola Edurne!
Soy Miau, ¿qué tal estáis? Yo todavía me acuerdo de vosotros pero estoy muy a gusto en mi nuevo hogar… Te voy a contar lo que hago en un día normal, ¿vale?
Por la mañana, al amanecer, paso el tiempo entre el balcón y la cocina hasta que se levantan mis dueños pero,
como duermen poco de noche (como yo, jiji) no paso mucho tiempo solo… Ahh, por cierto, puedo elegir lugares para dormir porque me han preparado unos cuantos sitios, así que cada
noche duermo donde quiero: si hace frío, duermo en la cocina y, si no, donde se me ocurra.
Cuando se levantan mis dueños, me encanta que me den los buenos días, me limpian el cuarto de baño, me cepillan el pelo, me dan los primeros mimos del día… y si cae algo mientras ellos desayunan, mejor, jijiji.
Por la mañana, hasta que llega la hora de comer de mis dueños, ando por toda la casa jugando, investigando rincones nuevos, saltando (aunque sea solo con una patita sana)…y atento siempre a ver si alguien va a la cocina, por si cae algún bocadito de algo, jijiji.
A la hora de comer de mis dueños, siempre estoy pendiente a ver si me ofrecen algo. Antes hasta lo pedía maullando pero tengo que reconocer que me pongo un poco pesadito así que lo estoy dejando y he cambiado la táctica: ahora me subo a sus regazos o me subo a la silla que esta casi siempre vacía porque el hijo de mis dueños viene cada dos o tres días así que soy “su suplente” en la mesa, jijiji. Me encanta cuando viene a casa porque siempre me está acariciando y juega mucho conmigo…Bueno, en realidad no me puedo quejar porque todos me quieren mucho y me tienen muy bien atendido, casi puedo decir que vivo como el rey de los gatos.
Si no me cae ningún bocado en la mesa, me voy a comer de mi comida, que tampoco está nada mal, pero si puedo
vivir con antojitos, mejor que mejor, jijiji. Sobre todo de la dueña, que la tengo en el bolsillo y siempre cae cuando le pongo ojitos, jijiji, qué maluco soy, jijiji.
Y después de comer me toca la hora de la siesta, ¡que tengo dos sofás para mí para elegir! Cuando me levanto de la siesta y antes de cenar, hago lo mismo que antes de comer, o sea: jugar, explorar..y siempre atento a mis dueños, a ver qué hacen y qué no. Me encanta seguirles a la cocina o al baño, se está fresquito allí.
Y para cenar, lo mismo que para comer, estoy con mis dueños para que no se olviden que estoy allí por si me quieren dar algo, jijiji. Y, si no, como de lo mío, pero si no queda más remedio, ¿eh? jijiji.
Después de cenar, estoy en el sofá con mis dueños, viendo la tele (¡qué invento este!)hasta que ellos se van a la cama. Entonces me llevan a mis aposentos, donde vuelvo a hacer lo que hago siempre, lo que me da la gana, jiji, comer, dormir…
En fin, que estoy muy feliz en mi nuevo hogar, pero no me quiero olvidar de dar muchas gracias a todos los que han hecho que esto sea posible. Muchos recuerdos y muchos lametones cariñosos para todos.
Miau.”
Sé feliz, Miau, o más bien, sigue siéndolo 🙂
Os dejo con más fotos de Miau en su nueva y “dura” vida: