Esta semana, Julia Rey (*), nuestra etóloga, nos habla sobre el estrés en los gatos. Hemos oído muchas veces que el gato es un animal que se estresa muy fácil ante el más mínimo cambio pero ¿sabemos percibir cuándo está estresado? ¿Sabemos qué puede provocarle ese estrés? Aprovecho para recordar que Julia trata todo tipo de animales, no sólo perros, por lo que quienes queráis mandarnos consultas sobre cualquier otro animal, estáis invitados a hacerlo.
“Para hablar del estrés en gatos lo primero que debemos saber son los principios básicos de estrés.
Según Hans Selye: “El estrés es una respuesta no específica del organismo ante cualquier demanda que se le imponga“. Es decir, el estrés es la respuesta fisiológica y psicológica del cuerpo ante un estímulo estresor, que puede ser un suceso, objeto o individuo.
El estrés no siempre es malo. Hay dos tipos o formas de estrés. Uno de estos es positivo (eutrés) y el otro es negativo (distréss)
Eustrés (estrés positivo). Es aquel estrés donde el individuo interacciona con su estresor. En este estado de estrés, el individuo deriva placer, alegría, bienestar y equilibrio, experiencias agradables y satisfacientes. Se enfrentan y resuelven problemas
Distrés (estrés negativo). Este tipo de estrés produce una sobrecarga de trabajo no asimilable, la cual desencadena un desequilibrio fisiológico y psicológico que termina en una reducción del trabajo del individuo, la aparición de enfermedades psicosomáticas y en un envejecimiento acelerado.
Una vez sabiendo qué es el estrés, podemos comenzar a hablar que conlleva el estrés en gatos.
De un tiempo a esta parte los gatos están ganando popularidad en los hogares. Esto hace que los sistemas de comportamiento naturales del gato se vean modificados, llegando a sentirse obligados a realizar cesiones de recursos importantes, creaciones de situaciones de conflictos, como la imposibilidad de refugiarse ante cualquier estímulo negativo o toda exigencia humana que conlleve cambios innaturales en ellos. Estas barreras comportamentales generan en el gato estrés y tensión.
Generalmente a los gatos les cuesta expresar su estrés mediante la comunicación facial. Eso sí, ellos traspolan este estrés a través de un aumento de comunicación corporal para evitar dicho trastorno, como por ejemplo cuando intentan gestionar alguna consecuencia derivada de una angustia o presión, ellos pueden aumentar su acicalamiento, el contacto humano, el frote con el mobiliario, etc…
Si a través de estos rituales el estrés no disminuye, normalmente se verá un incremento negativo en su comportamiento (arañar, morder, orinar y defecar en sitios inadecuados, maullar, etc..), también, a veces, cuando han intentado quitar el estrés y no lo consiguen, pueden variar ese comportamiento y perder toda interacción (extinción del acicalado, falta de interés alimentaria, inmovilidad en periodos de tiempos largos, etc..), ambos comportamientos son realizados para intentar recuperar su estado más tranquilo. Una vez que lo consiguen, vuelven a su rutina habitual, si no consiguen eliminar el estrés, podrán llegar a padecer un problema físico o comportamental clínico.
Así que la adaptación del gato a su entorno es un elemento de prevención comportamental y médica.
Algunos comportamientos que podemos realizar para poder ayudar a prevenir el estrés en los gatos domésticos:
Por último, lo mejor para una convivencia perfecta con el gato domestico es disfrutar con la relación con ellos, respetar sus comportamientos naturales, aprender su comunicación corporal y, ante cualquier síntoma diferente en el comportamiento, anticiparse y prevenir.”
(*) Julia Rey es etóloga de Kokotea Etología
(**) Si quieres que nuestro etólogo te ayude con tu mascota, recuerda rellenar este cuestionario y enviarlo a unomasenlafamiliablog@gmail.com. Por favor, antes de rellenar y mandar el cuestionario, leer la sección de etología para comprobar que el problema de su perro no ha sido ya consultado por otra persona.
(***) Tened en cuenta que los consejos se dan habiendo leído el cuestionario rellenado por la persona que hace la consulta, por lo que el etólogo cuenta con muchos más datos de los que aquí se comentan.