Envolví el libro y le puse un lacito. Lo deposité en la cabecera de Sara-mi-hija-adolescente. Cuando pegaba el celo recordé a aquella familia judía que no aclaraba los cubiertos. A la hora de cortar el papel me vinieron a la cabeza las camisetas que ella me traía. Elegía el lazo y visualicé las chocolatinas con […]