Hay un extraño juego sólo practicable en tiempos de calma y nunca con estrés. Se trata de convertir tu jornada en una novela de Stieg Larsson en la que el malo -es un decir- va dejando pistas. A veces son jugosas, como la de aquella especialista que habló del tejo. Miré. El tejo. Uno de […]