Escribia una religiosa de clausura -sí, sí, nada es lo que era… vamos mejorando- a Ramiro Calle, relatándole que su miedo a hablar en público revivió un día tontamente y ya no se lo puede quitar de encima. Estaba la religiosa con sus hojas de oraciones o de cánticos y una ráfaga de viento puso […]