Eran otros tiempos, glup. Bajaba de la Facultad de Zorroaga, ese edificio con pintadas, goteras e intelectuales y paraba en una librería donde un dependiente que empezaba a perder pelo se afanaba en hacer fotocopias. Vivían de las fotocopias, diría yo. Pero tenían en la tienda una buena colección de libros clásicos de Alianza Editorial. Era […]