Que mi madre me llamara a las 9 de la mañana el día de San Sebastián no presagiaba nada bueno. -La tía se ha caído y no puede apoyar el pie. ¿Adónde podemos llamar? Prometí devolverle la llamada en 5 minutos mientras maldecía mi mala costumbre de no ultimar los preparativos la víspera. Al rato […]