Aquello no parecía Donostia. La primera parada tras la cena fue en una sala en la que se bailaba como en los antiguos bailes de Igeldo: a lo ‘agarrao’ y piezas clásicas. En seguida me acordé de mi madre: cómo disfrutaría en un sitio así. Y pensé que era un pena que no tuviera un […]