Los tiempos que corren son difíciles y hoy más que nunca la mayoría de nosotros buscamos la manera de ahorrar unos ‘eurillos’. La pega, que se acerca la Navidad. Una época en la que parece difícil no gastar de más. José Luis Segura, responsable de comunicación de Euskal Herriko Kontsumitzaileen Antolakundea (Organización de Consumidores y Usuarios Vasca EKA-OCUV), nos ofrece algunos datos sobre el gasto en Navidada así como algunas pautas que nos pueden ayudar a no gastar tanto.
“En 2007, el gasto navideño medio por familia en la CAV fue de 1.155 euros. El gasto previsto para este año es de 720 euros. ¿Qué ha pasado? Ha pasado (y sigue pasando) un tsunami llamado crisis que nos ha descabalgado abruptamente de un galope consumista desbocado. A quienes ha pillado de frente les ha obligado a reducir drásticamente el gasto y a quienes ha cogido de refilón les ha metido el miedo en el cuerpo y el freno en la cartera. Y no solo en Navidad, claro.
2008, el año en que se desató la crisis financiera que derivó en Europa y más aún aquí en una crisis económica, política y social sin precedentes, fue el primero desde 1993 que registró un descenso general del consumo en el Estado español, especialmente patente en la recta final del ejercicio, cuando nos despedimos, quizá para siempre, de las febriles navidades de los años de las vacas gordas e inauguramos la Navidad ‘low cost’: más planificación, más contención, más sentido común; menos improvisación, menos compulsividad, menos gasto innecesario, excesivo, desaprovechado.
Y esas “nuevas” pautas de consumo en Navidad (y durante el resto del año) han ido ganando terreno y consolidándose. Por ejemplo, algo tan extraño e infrecuente hace apenas cinco años como comprar productos de segunda mano para regalar o hacer regalos en grupo es ahora moneda corriente. En 2007, el precio era el factor determinante en la compra de regalos solo para un 43% de los consumidores; hoy lo es para el 94%. El porcentaje de regalos que se compran después de Reyes, para aprovechar las rebajas de enero, ha crecido hasta un 7% impensable unos años atrás.
Los regalos son, ciertamente, el capítulo del gasto navideño donde antes y con más decisión hemos metido la tijera. Después, el ocio propio de la época: cenas de empresa y similares hacia Santo Tomás, escapadas al sol o a la nieve, cotillones… Y, por último, la alimentación. Con la comida nos cuesta más cortarnos.
Pero, aunque menos, también lo hacemos. Lo cierto es que cuando toca apretarse el cinturón el personal tiene bastante claro por dónde empezar y cómo hacerlo. En cualquier caso, nunca está de más recordar algunos consejos que nos ayuden a ahorrarnos algunos o bastantes euros en los gastos navideños, que contribuyan a un consumo navideño más racional y provechoso.
–Fijar un presupuesto de gasto acorde con nuestras posilibidades y no superarlo. En 2007, la última Navidad pre-crisis, lo hizo el 29% de los consumidores; en 2008 el porcentaje subió al 53%; para este año se prevé que llegue al 89%.
-Hacer (en función del presupuesto fijado) una lista detallada de los productos (regalos, ocio, comida…) que realmente necesitamos y vamos a aprovechar. Poca gente sale ya a ver qué se encuentra en los escaparates navideños, sin una idea clara, bien pensada, de lo que puede y de lo que quiere comprar.
–Comparar productos y precios en distintos establecimientos y zonas. Cuesta, pero siempre compensa. En juguetes, por ejemplo, podemos encontrar diferencias de precio de hasta un 50%.
–Aprovechar Internet para buscar la mejor relación calidad-precio. La Red nos ofrece hoy en día unas posibilidades inimaginables hace no tanto tiempo para sondear el mercado y encontrar las mejores ofertas a nuestro alcance. Y el personal la usa muchísimo en ese sentido, aunque luego la mayoría, todavía, termine comprando en el comercio tradicional. No obstante, el porcentaje de compra navideña oline crece año tras año y en este 2012 se prevé que llegue al 31% en el capítulo de regalos.
-Adelantar y/o secuenciar las compras. Pocos años atrás, hasta el 65% de las compras navideñas se concentraba en las tres primeras semanas de diciembre. Eso ya es historia. En la Navidad del año pasado, un 5% de los consumidores hizo la compra navideña antes incluso de noviembre; un 20% en noviembre; un 39% del 1 al 15 de diciembre; un 23% del 16 al 24 de diciembre; un 6% en la última semana de diciembre; y un 7% en enero, aprovechando las rebajas. La compra de última hora y la compra compulsiva se llevan poquísimo ya.
–Pagar en efectivo mejor con con tarjeta. Pagando en metálico somos más conscientes del gasto que estamos haciendo que usando la tarjeta de crédito, que además conlleva un gasto en comisión.
–Congelar comida para no sobrecalentar el bolsillo. La alimentación (sobre todo los productos más típicos y cotizados) es lo que más se encarece en la recta final previa a la Navidad. Pensar con tiempo los menús, comprar con antelación los alimentos y congelarlos nos puede proporcionar un buen pellizco de ahorro. Si se congelan y descongelan correctamente, los alimentos no pierden propiedades nutritivas ni calidad. Hay que prestar mucha atención a las fechas de caducidad y de consumo preferente.
Con las citadas medidas, podemos llegar a ahorrar hasta un 25% en el gasto navideño. Y haremos un consumo sin duda más racional y seguramente más satisfactorio. Ah, y no olvidemos nunca pedir y conservar los tickets o facturas de compra, fundamentales siempre para una posible reclamación.
¡Felices fiestas!