Hacía tiempo que no disfrutaba tanto de un concierto. Sábado, 21 h, noche veraniega, dos buenas amigas: Blanca y Marisol, Palacio de los Deportes de Madrid, bocata de atún y una cervecita en vaso de plástico.
Sir Elton John comenzaba con puntualidad británica su concierto y saludaba así: “Buenas noches, Madrid. Estoy muy contento de estar hoy en esta ciudad tan maravillosa. Hoy voy vestido de rojo en honor a vosotros, los campeones del mundo”.
Más de dos horas y media de directo. Gafas oscuras, levita y pantalón negros con raya roja, Elton John levantó pasiones. Éramos muchos los nostálgicos que nos emocionamos al escuchar Daniel, Don’t let the sun go down on me, That’s why they call it the blues o Sorry seems to be the hardest word.
Durante parte de esta noche histórica, el cantante, compositor y pianista estuvo acompañado por el legendario percusionista Ray Cooper (The Who, Eric Clapton, Rolling Stones) y adelantó un tema, You’re never too old to hold somebody, del nuevo disco que saldrá dentro de tres semanas.
Igual que no se es demasiado viejo para cantar si uno sabe hacerlo, tampoco se es demasiado mayor para amar (si uno sabe hacerlo). Ya dice el dicho español: “Quiéreme pero quiéreme bien“.
Este concierto ha sido una despedida definitiva al verano (soy un poco dura de mollera y me cuesta aceptar que el otoño llega). Una despedida triste y hermosa a la vez. Ahora espero impaciente el concierto que dará Sabina en San Sebastián ¡Allí estaré!