Aprovecho este bello título del gran escritor italiano, Antonio Tabucchi, que llevaba tiempo afincado en Portugal y que acaba de morir, para reflexionar sobre el tiempo. Es cierto que a veces se nos hace tarde porque si: oscurece, se echa la noche, tenemos que volver a casa, o al trabajo… Pero ¿cuántas veces se nos hace tarde porque no valoramos lo que tuvimos? ¿Por qué nos empeñamos en querer recuperar el pasado, que nunca volverá a ser igual (ni falta que hace seguramente ) o vivimos planeando el futuro? Claro que hay que tener ilusiones y proyectos y una buena mesa de restaurante reservada para cenar con ese íntimo amigo al que echas de menos y así, la semana que nos espera se nos haga llevadera y además tengamos un aliciente ante el madrugón que nos tocará y por supuesto que hay que tener reservado un billete de avión para Semana Santa un mes antes por lo menos para que no nos cueste un ojo de la cara y ya tengo mi entrada para ver a Bruce Springsteen el 2 de Junio en San Sebastián pero no, me refiero a vivir pensado en un futuro sobre el que no tenemos seguridad de que vaya a llegar. Tenemos el aquí y el ahora.
¿Para qué se nos hace tarde? ¿ Para aparcar porque nos empeñamos en coger el coche en lugar de caminar o ir en autobús? Si, pero no me refiero solo a eso, me refiero a aprovechar nuestras cartas, admitir que nuestra vida no es perfecta pero es la que tenemos y disfrutar de cada instante. Me refiero a perder el miedo a intentar y tal vez fracasar. De eso habla muy bien la película que fui a ver el otro día con mi hermana Sofía, El exótico hotel Marigold. Me gustó porque es optimista, alegre, valiente y enseña que tenemos que superarnos, cada día y amar a quien nos ama y dar al que necesita y dar sin pedir nada a cambio. Reír mucho, por cualquier tontería, bailar un rato delante del espejo, peder la vergüenza, enamorarnos, de lo que sea: de la vida, del mar, de un libro o una película. Leer poesía, que cura el alma como lo hace el mar. Hacer amigos aunque sea en twitter donde sí, te encuentras a gente sorprendente que tiene ganas de reflexionar. Da igual, con humor, con sarcasmo, con frivolidad o profundidad pero reflexionar para mejorar y hacer de este, el nuestro, el único que tenemos, un mundo mejor. Yo he conocido por twitter a una mujer increíble, Mónica López Bordón. Ha publicado un libro de poemas muy bello, La brevedad del silencio, traducido al italiano por Luigi Muccitelli. Seguir a Mónica es un gusto,@MonicaLBordon
Y dejo una foto de Tabucchi paseando por el Sena. ¿Qué estaría pensando? yo me voy unos días cerca del mar, a pensar también.