Soy mujer de listas, las hago para ir al supermercado, cuando voy al médico para no olvidarme ninguna pregunta, hago lista antes de lanzarme a las rebajas, lista de propósitos, lista de restaurantes que quiero ir conociendo, lista de qué meter en neceser de viaje … pero en casi todas me salto cosas. La única lista que sigo a rajatabla es la “lista de libros para las vacaciones de verano. “
Leo durante todo el año y pasan por mis manos cientos de libros razón por la que quedan bastantes sin leer y van a una zona de la casa donde se apilan a la espera del verano cuando los días son largos y el reloj no apremia por las noches porque no hay que madrugar en exceso.
Para quien quiera coger alguna idea, ahí va mi lista:
Así empieza la novela: “Vivo sola en un garaje, y sólo tengo a mano un ordenador portátil y una vieja granada. “ La que habla es Herra, 80 años, fumadora empedernida y conectada al mundo desde su garaje por Internet. ¿Qué hace Herra? Mirar el mundo… y reírse de nosotros.
Un profesor de universidad que ha viajado por toda Europa sin echar raíces, regresa a Ibiza, donde pasó sus mejores años de joven, para asistir junto con su hijo del que vive separado, a la lluvia de estrellas de la mágica noche de San Lorenzo.
Una madrugada, una llamada anuncia a Samuel que Clara ha muerto en un accidente. Aunque Samuel no conoce a ninguna Clara, decide asistir a su funeral y fascinado por suplantar a la persona con la que lo confunden, Samuel se inventa una relación con Clara para Carina, la hermana de ésta.
En el verano de 1990, los jóvenes habitantes de la Alemania socialista ven cómo el país donde nacieron se desvanece ante sus ojos. Cerca de una frontera que ha dejado de serlo, en una granja, María vive en la casa de la familia de su novio Johannes. Es una historia de un amor obsesivo y esta novela ganó uno de los premios más prestigiosos de Alemania, el Junger Literatupreis.
Saul Karoo, un guionista en la cincuentena, un cínico retorcido y egoísta, un mentiroso patológico, sólo hace bien destrozar el trabajo ajeno: transforma guiones para amoldarlos a la fórmula hollywoodiense, salvarlos de la ruina económica y convertirlos en una ruina artística.
De momento os dejo con esta primera parte y una recomendación: el concierto de Rufus Wainwright el lunes 22 en el Teatro Real.