Hay semanas en las que las horas vuelan y a pesar de ello (o tal vez por eso) da tiempo para hacer mil cosas: viajar, saludar y felicitar a viejos amigos, poner cara a personas con las que sólo te habías escrito y que por fin llegas a conocer, leer (y así poder aconsejar una buena lista de libros) y visitarla Basílicade Santa María del Mar en Barcelona. Fue una desconocida para mí hasta que Ildefonso Falcones me habló de ella y a mí me da mucha paz visitarla.
El motivo de la visita a Barcelona fue la entrega del Premio Biblioteca Breve al escritor Fernando Marías. Nacido en Bilbao, vive desde 1975 en Madrid donde tuve la suerte de conocerle. Es un gran contador de historias, un magnífico escritor y un buen amigo y eso se sabe cuando en un premio tan importante y con tanto periodista, escritor y editor juntos, cosa que puede dar pie a recelos y comentarios, todo el mundo se alegró de verdad del premio. Para escribir La isla del padre, novela con la que ha ganado el Biblioteca Breve, Fernando se encerró en la casa familiar de Bilbao a escribir en la mesa donde estudiaba de niño. Sólo cuando terminó de de hacerlo, fue capaz de cerrar la casa y dar las llaves al comprador. Sale a la venta el 3 de Marzo y esta novela es un engranaje entre la memoria y la ficción aunque por lo que he podido leer (un pequeño adelanto que nos dio Seix Barral) hay más de biografía que de invención aunque ya se sabe que la memoria es caprichosa. Fernando escritor y Fernando hijo, van construyendo la figura del padre – Leonardo – a la vez que reconstruye su propia figura: “Mi padre era un marino y un padre ausente”, rememora con cierta nostalgia el escritor. “Mi padre fue un aventurero moderno” cuenta emocionado Marías y con este libro, la relación con mi padre ha quedado relajada y serena. “Cuando somos niños, siempre hay una frase dicha por nuestros padres que nos marca para siempre y Marías todavía recuerda cuál fue la que dijo su padre y le cambió: “lo mejor de mi vida fue cuando fui maleante en Buenos Aires.” Fernando, hijo único y mimado por el resto de la familia, nunca dejó de pensar en ello y ahora con La isla del padre, como él mismo dice, cierra posibles heridas y cuentas pendientes. Deseando leerla y mis más cariñosa enhorabuena, Fernando.