Sentía que me había tomado todo el fin de semana libre y que el lunes tenía que volver con alguna recomendación original y extraordinaria. Arrancó el lunes gris y somnoliento pero yo había madrugado más que nunca para recoger a mi hermana Irene en el aeropuerto. Nada más dejarle donde tenía que ir, iba a volver a casa a escribir lo primero, el post y seguir con mi texto que va tomando forma. El plan era bueno porque ya había desayunado, hecho Pilates, leído un par de periódicos y tenía muchas ideas. Salió mi hermana y nada más montarse con su maleta, la Policía me paró. Últimamente mi relación con la Policía es intensa, demasiado diría yo. ¿Quién bebe a las 8 a.m.? Preguntó mi hermana, a la que le gusta saber todo. ¡Más gente de la que se piensan ustedes! Contestó el Policía con cierta condescendencia y sople por favor. Parecía que estaba utilizando el viejo truco de soplar suave para no dar positivo pero verdaderamente, los lunes, no suelo arrancar sobrada de energía y siempre me costó hinchar los globos de cumpleaños. A la tercera fue la vencida. Documentación comprobada, 0% de alcohol en sangre, seguimos camino. El fuelle de primera hora iba perdiendo fuerza pero los 21 días seguidos escribiendo posts habían servido para crear cierta disciplina. Disciplina que se estaba resquebrajando por causas ajenas a mi. Al llegar por fin a casa, fui interceptada por el portero y dos vecinos con más autoridad que los Policías del aeropuerto. Algunos sabéis que además de periodista soy Vocal de jardinería de mi comunidad durante todo un año. Evidentemente, cargo no remunerado y con multitud de obligaciones : nueva contratación de jardineros, coordinarles con el portero, consultar cualquier movimiento conla Junta Rectora, vigilar cumplimiento de horarios, vigilar que se planten plantas de temporada, contestar a los mails dela Junta Rectora y dela Administración … Ya ven que no me quejo por quejar. Eran ya las 11 h y no había conseguido sentarme delante del ordenador y para resumir, contaré que antes de poder hacerlo, fui interrumpida de nuevo por : una llamada de Movistar, otra de mi banco, de Jardinería El Capricho, del contador de la luz, vino el cartero, tuve que llamar tres veces para que me dieran cita porque mi coche marcaba con luces rojas y naranjas ( es alemán y un poco exagerado y directo en sus mensajes ) en el taller. Para cuando arranqué con el texto, me pidieron una traducción, me puse a ello y dejé para hoy el posts. Llevo el mismo camino que ayer y me niego a perder el territorio conquistado en estos 21 días. Hoy he sido más lista: he apagado teléfonos, descolgado el telefonillo y mi hermana se vuelve caminando. Hoy, no me quedo sin escribir.
Recomendación literaria para hoy: Mi maravillosa librería de Petra Hartlieb ( Periférica ) Solo con el arranque, veréis que merece la pena: “Hemos comprado una librería. En Viena. Escribimos un mail con unas cifras, ofreciendo una cantidad que no teníamos, y al cabo de unas semanas llegó la respuesta: acaba usted de comprar una librería. Algo así sólo te pasa en eBay, cuando te dejas arrastrar y pujas más allá de lo que en realidad querías… “
Por problemas técnicos que se solucionarán en breve, hoy no hay foto y este post se cuelga con unas horas de retraso.
Yo, todo lo que digo aquí es cierto aunque lo que nunca te dije, lo guardo para mi. .)