Clint Eastwood vuelve con Mula, una película inspirada en la historia real de Leo Sharp, el hombre que pasó de plantar rosas para George Bush padre a hacer de mula para el cártel de Sinaloa. Con el dinero fácil que obtiene trata de ayudar a sus familiares, pero un agente de la DEA le sigue la pista.
A sus 88 años, el actor y director estrena una de sus películas más personales, encarnando a un anciano arruinado que se convierte en transportista de droga.
Eastwood lleva casi un tercio de su vida haciendo películas sobre hombres solitarios forzados a decir adiós al mundo que una vez conocieron.
Esta es la sexta vez que Eastwood se dirige a sí mismo ( la primera vez fue Gran Torino, 2008) y el actor conecta de algún modo a los personajes de las dos películas: seres solitarios, apartados de la sociedad por voluntad propia y que han hecho de su individualismo la mejor protección contra los sentimientos.
Porque como dijo hace tiempo Eastwood:”Creo que envejecer con gracia es un talento importante. “
y él lo está haciendo.