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Carolina Isasi

Mirando a la bahía

GOLFO, ALLÍ NOS VEREMOS.

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No fuiste mi perro pero te quise como si hubieras sido un poco mío. Tal vez, fue así para los dos porque sentía tu cercanía, tu bondad infinita y tu corazón cuando compartíamos casa en San Sebastián.
Quien no ha paseado frente al mar con un perro, no sabe lo que es disfrutar de la mejor de las compañías. Quien no ha fijado los ojos en la mirada de un perro, seguramente no sepa lo que es el amor incondicional.
Me hago mayor yo también Golfito. Prefiero a los perros y a cualquier animal a ciertas personas. No se puede decir muy alto, me criticarán pero es mi verdad.
Tuvimos suerte de tenerte. Siempre estarás con nosotros. Ya tienes un hueco enorme para siempre en el corazón de mi hermana Sofía, de mi sobrina Paula, de Marina y de todos los que compartimos la vida contigo. Fuimos afortunados. Mucho.

Temas

El mar desde la distancia. Escritores, viajes y mucho más.

Sobre el autor

Estudié en el ya desaparecido colegio francés de San Sebastián y me fui a vivir un año a Dublín y otro a Oxford. Tenía claro que quería ser periodista. Devoraba libros y me gustaba escuchar historias. Vine a Madrid a estudiar periodismo y mis primeras prácticas fueron en radio Voz. Logré convencerles para que me dejaran hacer una agenda cultural diaria. De ahí me viene mi pasión por las exposiciones, conciertos y cualquier tipo de ocio que despierte mis sentidos. Sin darme cuenta me ví entrevistando en diversos medios, casi a diario, a escritores y he tenido la suerte de haber conocido a muchos de los que ya admiraba: Ian Mc Ewan, Martin Amis, Salman Rusdhie, Paul Auster, John Banville, Rosa Montero, Almudena Grandes, Juan José Millás… y considerarme amiga de muchos de ellos: Paula Izquierdo, Nativel preciado, Juan Cruz, Soledad Puértolas, Alicia Jiménez Bartlett, Ángela Becerra … y descubrir a otros tantos. Lo peligroso de las listas es que siempre te dejas a alguien querido. Para eso estará este blog, una memoria semanal para cuando lleguen los malos momentos siempre me queden los buenos recuerdos ¡Y esa bahía que tanto añoro!