Hace muchos años, exactamente 43, Lauda sufrió uno de los accidentes más graves que se recuerdan en la historia del campeonato en el Gran Premio de Alemania 1976. A tal punto llegaron a ser las lesiones producidas en este incidente que el vienés recibió la extremaunción en el hospital de Mannheim.
Quemaduras de primer y tercer grado en la cara, varios huesos rotos, inhalación de gases del combustible con afectación a los pulmones fue el parte médico que emitieron los facultativos al suroeste de Alemania. Niki Lauda seguía vivo de milagro, pero lo que nadie se imaginaba es que su principal preocupación era conseguir el bicampeonato con la Scuderia.
“Para mí el 1 de agosto es un día como otro cualquiera. No me pongo delante del espejo y digo: ‘¡Hurra, hurra, hurra, estoy vivo! Seis meses después volví a conducir al mismo nivel o incluso mejor todavía. Y eso sólo es posible si uno supera un problema al cien por ciento. El hecho de recuperarme rápido formaba parte de mi estrategia. No podía estar sentado en casa pensando en ello, por qué pasó y por qué a mí”, declaró Lauda sobre este percance en una entrevista al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung hace unos años.
Una figura polémica el tres veces campeón de Fórmula 1 y emblema de la categoría, el austriaco Niki Lauda ha muerto hoy, a los 70 años, en Suiza.
Lauda estaba siendo sometido a una diálisis periódica por una afección renal que se había agravado en los últimos días, ya que había recibido un trasplante de riñón que lo había alejado de su cargo como miembro no ejecutivo de la empresa Mercedes Benz. Un riñón que le donó su segunda mujer a los veintiséis años y cuando apenas llevaban ocho meses de noviazgo.