Organizada por la American Federation of Arts y The Pierre and Tana Matisse Foundation, la exposición aborda la trayectoria menos conocida del genial pintor francés, subrayando la importancia que tuvo la técnica del grabado en su proceso creativo y el papel que este desempeñó en la evolución de sus ideas visuales.
La muestra comprende una cuidada selección de 63 grabados de la colección que Matisse legó a su hijo, el marchante de arte Pierre Matisse, tras su muerte.
Celebrado universalmente como gran maestro del color, Matisse también dominaba las líneas y los contrastes en blanco y negro, y prueba de ello, los más de 829 grabados que produjo desde 1900 hasta su muerte en 1954, de los que 63 pueden verse a partir de mañana en la Fundación Canal.
Todos los grabados de la exposición son en blanco y negro, salvo dos, realizados para libros ilustrados: un aguatinta de “La Danza” (1935), correspondiente a una de sus pinturas más celebradas, y tres variaciones de “María José con un vestido amarillo” (1935).