Vi la portada de Espejo, hombro, intermitente publicada por Anagrama, desconocía quién era Dorthe Nors ( la autora danesa) y me la llevé por impulso.
Desde las primeras páginas, he empatizado con la protagonista,Sonja, una mujer que ya ha entrado en los cuarenta, se gana la vida como traductora de thrillers nórdicos, esos que están tan de moda hoy en día, a pesar de que su verdadera vocación siempre ha sido ser escritora y siente el peso de la soledad por lo que trata de tomar las riendas de su vida tras una ruptura sentimental auspiciada por una pitonisa. Lo primero que decide es aprender a conducir, a pesar de sufrir unos vértigos provocados por un problema en el oído interno. Además de aprender a conducir, comienza a conocer su cuerpo mediante sesiones de masaje y, lo más importante, trata de recuperar el contacto y la amistad con su excéntrica y esquiva hermana.
Una novela inteligente, entretenida y con un gran sentido del humor. Totalmente recomendable.