Qué fácil y qué difícil a la vez es escribir sobre un libro cuya autora es mi prima. Aviso que hablo como lectora y periodista cultural pero mi corazón es el de la niña que iba a Pamplona en Navidad a ver a sus primos. Era parada ineludible y esperada antes de seguir camino a Candanchú. Llegaba a casa de mi abuela y me recogía mi tío Jose Félix para llevarme a ver a mis primos. Mi madre se empeñaba en ponerme un pasamontañas rojo que mi tío se encargaba de quitármelo en cuanto cogíamos el ascensor. Contar lo que sigue sería hablar de mi historia que se entrelaza con la de mi prima en muchos momentos. Todos tenemos una historia que contar pero no todo el mundo sabe contarla. Mi prima sí. En forma de relato, desde la voz de un niño, como periodista, como madre, como hija … Tiene esa virtud y claro, en muchos de los relatos De Vidas y ausencias desmenuzadas (Ediciones Papeles del duende ) veo a la niña que fue, perdida un día en plenos San Fermines, o paseando de la mano de su padre, mi tío, … San Fermín siempre tan presente en su vida. También la reconozco en el relato Doña Elvira, que sabía enseñar a volar, todo un homenaje a la literatura o en la periodista nerviosa porque la reunión de jefes de la redacción se alarga y parece ser la única mujer y la única preocupada por hacer bien su trabajo y llegar a recoger a su hija a la salida del colegio. Bolivia también es un lugar especial en estos relatos que se leen con una sonrisa, con una lágrima a veces y con mucho placer. De ahí que muchos de ellos hayan sido merecidos ganadores de diversos certámenes.
La segunda parte del libro es un diario escrito durante la enfermedad del cuñado de la autora. Ahí encontramos conversaciones de Marialuz con su hermana, emociones a flor de piel, dolor, rabia, la enfermedad, las inevitables preocupaciones diarias que siguen su curso … Duele leerlo más cuando se habla de tu familia y recuerdas su sufrimiento. Siento no haber estado más presente. Me recuerda una vez más que lo importante es la familia, que el dolor es inevitable pero cómo nos enfrentemos a él, marca la diferencia.
Vidas y ausencias desmenuzadas es un libro muy íntimo, valiente y generoso. Es un libro para leer, regalar y compartir. Es la vida y la vida está para compartirla. ¡Enhorabuena prima!