El Museo Thyssen-Bornemisza acoge una exposición que vincula la creación de Cristóbal Balenciaga, el diseñador de moda más admirado e influyente de todos los tiempos, con la tradición de la pintura española de los siglos XVI al XX. Se trata de la primera gran exposición dedicada al modisto vasco que se presenta en Madrid en casi 50 años y la primera que reúne, junto a sus diseños, una selección de cuadros de grandes nombres de la historia del arte español, una de sus principales fuentes de inspiración.
Hijo de un pescador y de una costurera, Martina Eizaguirre, Cristóbal Balenciaga nació en en Getaria en 1895. Cristóbal acompañaba a su madre en su trabajo como modista a algunas de las casas más distinguidas de San Sebastián, lugar de veraneo de la reina María Cristina, aristócratas, políticos y artistas.
En este recorrido por la exposición, guarda un espacio especial el negro de Balenciaga. Un color que fue reconocido por la crítica especializada, como la revista Harper’s Bazaar que, en 1938, destacó: “Aquí el negro es tan negro que te golpea. Grueso negro español, casi aterciopelado, como una noche sin estrellas, que hace que el resto de los negros parezcan casi gris”. Un negro que según dicen quienes le conocieron, marcó la infancia de Cristóbal, por el luto que guardó su madre.