El escritor siciliano Andrea Camilleri me recibió en su casa de Roma con una paciencia infinita y muchas ganas de hablar pese a que el oído ya le fallaba y los años le pesaban. Salí de su casa feliz, algo más sabia y admirándole aun más.
Mi amigo Carlos, comparte desde hace muchos años la misma fascinación que yo por el escritor y la persona. Él también estuvo en su casa y le entrevistó en varias ocasiones y hoy ya le echamos de menos.
Hace ya algunos años que los dos hablábamos de la edad de este gran escritor Siciliano con temor y pena y seguíamos recomendándonos sus novelas. Fue un autor muy prolijo y deja tras de sí títulos como ‘La forma dell’acqua’, que dio origen a la exitosa saga del comisario Montalbano, un jefe de policía siciliano brusco pero de buen corazón, con una fuerte reputación de insubordinación, una gran agudeza mental y un insaciable apetito por la cocina local. El investigador envejece y es consciente de ello, pero no ha perdido su olfato ni la capacidad para corregir sobre la marcha cuando se da cuenta de que está equivocado.
Andrea Camilleri, escritor, guionista y director de teatro narraba con una gran carga humanista y era un firme defensor de los derechos humanos de los migrantes. Ha sido y seguirá siéndolo una figura de gran estatura moral. Se ha ido casi sin ver, a los 93 años pero con una agudeza moral que va a dejar una huella imborrable.
Amigo, se nos va un referente pero nos quedarán siempre sus libros.
Si no lo habéis leído, ese es el mejor homenaje que se le puede hacer. Yo, desde mi terraza, no puedo evitar pensar en esa tarde romana junto a él. Doy gracias a la vida como la canción que tan bien cantaba Violeta Parra por haberle conocido. Ciao Camilleri, ci vediamo.